Clío
a través del tiempo.
Prof.
Líber Romero *
Los
primeros relatos históricos
El proceso
de recordar es necesario e imprescindible para poder asimilar y trasmitir información; convertirlo en un
mensaje entendible es tan antiguo como el ser humano. Su desarrollo como relato
transmitido de generación en generación seguramente estaba presente entre los
primeros homínidos. El arte de cazar, pescar o recolectar necesita que los
participantes recuerden cual es el mejor lugar en donde se encuentran ciertos animales,
la forma de atraparlos o qué frutos se pueden o no comer.
La
explicación mítica de los sucesos que sorprenden y abrumaban a los primeros ser humanos va
unida a la división de tareas dentro de la comunidad. Ejemplo de esto son
las pinturas rupestres que denotan una alta calificación técnica
lograda por no participar directamente de las actividades de supervivencia
o los enterramientos ceremoniales que
demuestran la creencia en un más allá.
La
aparición de la agricultura y la domesticación de animales va a generar las
bases para la conformación de grupos humanos que comienzan a apropiarse de una
parte del excedente; estos luego de su imposición por la fuerza van a necesitar
construir un relato de justificación ideológica.
En las
sociedades ágrafas la tradición cumple el papel de justificar y transmitir lo
que se considera importante para su estabilidad y perdurabilidad. Los elementos
mnemotécnicos insertos en las oraciones o en los versos épicos son notables,
sin embargo el relato oral puede ser deformado al transmitirse lo que puede
generar problemas de interpretación por parte de sus oyentes.
La
escritura y los mitos de origen
La creación de un código abstracto, en su origen
elitista, como es la escritura cristaliza y fortalece el dominio ideológico. En
los primeros relatos escritos, en distintas civilizaciones, observamos como las
clases dominantes unen su origen a los dioses(El relato de Gilgamesh). Los
mitos de orígenes reafirman la división social debido a que el poder viene del
más allá y esto no solo se da en sociedades monárquicas basta recordar como las familias patricias romanas que
asociaban su nombre al de una divinidad durante la República.
El relato de los
hechos acontecidos: la historia (o como usaremos de aquí en adelante en forma
indistinta: la historiografía) nace como un discurso justificador de las
relaciones sociales existentes. El control del pasado, de su interpretación y
por lo tanto de la visualización de los caminos recorridos o de la posibilidades de otros, ha sido siempre
esencial para el dominio consensual: el que controla la representación del
pasado tiene mayores posibilidades de determinar los marcos culturales y
por lo tanto de la interpretación que se
haga del presente y de las potencialidades del futuro.
Durante siglos el
producto historiográfico estaba
destinado a una elite que homogenizaba así su discurso, se cohesionaba y aprendía de ella el arte de gobernar. Relato
a veces anecdótico, de exaltación de personajes o de demostración de la
presencia divina tuvo momentos de elaboración que trascienden a su época al
buscar las causas humanas de los acontecimientos.
El nacimiento de la
historia
En el mundo
occidental la historia nace en Grecia para evitar el olvido, aprender del
pasado y ser maestra de la vida; será un relato de los hechos verosímiles pero
humanos que se irá convirtiendo en universal bajo el dominio romano. Si esta
historia tenía un sentido cíclico aún está en discusión, pero será con la
concepción judea-cristiana de creación divina del mundo y juicio final que el sentido histórico se convertirá en
lineal con un principio y un fin. La
hegemonía católica -especialmente a través de la interpretación de Agustín de
Hipona- introducirá un motor de la historia externo a los hombres; dios
escribirá- aunque sea en forma torcida- la gran obra de la que su creación son
los actores.
El desarrollo de una
nueva clase social, del comercio en gran escala, del avance científico-técnico
sumado al contacto con otras culturas entre otros factores llevara al cuestionamiento
de la forma predominante de ver al mundo. La modernidad traerá nuevamente al ser humano y a su condición de
sujeto del cambio como centro de la reflexión historiográfica Se producirá una historia secular que
centrada en los grandes hombres pero que ira dejando a la providencia de lado.
Historia con un sentido lineal de
progreso infinito, en donde se creía que el desarrollo de la razón posibilitará
un mundo mejor.
Es en el marco de
discusión con la iglesia en tormo a sus posesiones (la donación de Constantino)
que se irán refinando las técnicas de análisis documental. Este avance en el
trabajo con fuentes no implicará un gran cambio
de la valoración social de la historia que permanecerá como un lugar de donde sacarán ejemplos la retorica, la política o la filosofía.
La historia-ciencia
La Revolución
Francesa y los cambios que con ella comienzan van a permitir el desarrollo de
la historia como ciencia social. Será en Alemania en donde la historia adquiera
su sitial entre las ciencias, paradójicamente a raíz de defender la cultura
nativa de los impactos de la revolución. Los historiadores alemanes (con Ranke
a la cabeza)sintetizaran siglos de aprendizaje generando un método científico
de investigación del pasado. El objeto esencial de la historia es la política,
por lo que se centraba en el Estado y era por lo tanto una historia nacional e
internacional. Incluía la historia de la iglesia como institución y de la
guerra.
Este desarrollo de la
Escuela alemana de historia se difundirá por el continente y recién a finales
del siglo XIX la historiografía adquirirá un estatuto propio entre las
ciencias, siendo incluida como una cátedra dentro de las universidades. La
historia se convertirá en ciencia en el mismo momento en que los estados europeos inicien su proceso
imperialista.
La objetividad
defendida en esta etapa, en donde se afirmaba que el fin era relatar “los
hechos como realmente sucedieron” o escribir un relato de ”la guerra
francoprusiana que se compartido por franceses y alemanes”, justificará en el
fondo al Estado-nación y su expansión. El relato histórico creará mitos
nacionales (los galos entre los
franceses por ejemplo) que se masificarán con la introducción de manuales en la
escuela pública. La inclusión de amplias masas, producto de la lucha de los
trabajadores, a la ciudadanía reclamaban un discurso del pasado unificador.
Esta construcción
hegemónica sufrirá el embate del
movimiento obrero y de las ideologías asociadas al mismo. El marxismo trae
intrínsecamente una teoría de la historia
cuestionadora de cualquier permanencia, sin embargo sus fundadores no la
desarrollaron más que en algunos aspectos. Estos esbozo geniales serán
estructurantes de la discusión
historiografía del siglo XX, al decir de Pierre Vilar el desarrollo posterior
se harán siguiendo la premisas del marxismo o tratando de superarlo.
Afirmar que todo está
relacionado con todo y en constante movimiento contradictorio y que esto no es parte de la esfera del
espíritu sino del desenvolvimiento social llevó a una revolución de la forma de
pensar la sociedad. Afirmado esto no hay que sacar la conclusión de que el
llamado materialismo histórico se haya desarrollado siempre bajo estos
fundamentos.
Así la historia-ciencia era al mismo tiempo un
producto refinado de la construcción del Estado burgués y un arma para la
revolución de los sectores subalternos.
La historia en el
siglo XX
En el siglo XX la
idea de progreso constante de la humanidad y su racionalidad se enfrentó con la
cruda realidad de dos guerras mundiales de carácter total, varios genocidios y
periódicas crisis económicas en el marco general del enfrentamiento del
capitalismo con el socialismo a partir de 1917. Los historiadores intentarán
dar respuestas a estas cuestiones de diferentes maneras al tiempo que
construían sus categorías de análisis y
métodos de investigación en discusión con otras ciencias.
La historia recibió
las primeras críticas a su estatus científico de otras ciencias que buscaba
ocupar su lugar (sociología y antropología) y que le cuestionaban su trabajo de
campo. Hacia la década del 30 los neopositivistas(Hempel, Danto, Popper),
retomando algunos de estos elementos, le
reclamaban que cumpliera con todos los pasos del método científico y que
tuviera la misma precisión que la física. Esta discusión sobrevoló a los
historiadores que estaban más dedicados a desarrollar que a discutir el
trasfondo epistemológico de su práctica.
En especial a partir
del fin de la segunda guerra mundial la intención de los historiadores fue
lograr una historia total. La investigación inter y multidisciplinaria, los
congresos de historia, la profesionalización y
la difusión masiva de libros entre otros elementos permitieron que los historiadores fueran
mejorando las técnicas de investigación y precisaran las categorías de análisis
de la realidad (aunque sea es sus
diferencias por ejemplo sobre que es feudalismo o cuando comienza el
capitalismo). En algunos países la historia saldrá de la academia para
convertirse- sin perder cientificidad- en un producto de consumo masivo en
programas de televisión o asesoramiento a películas (El regreso de Martín
Guerre).
La segunda mitad del
siglo XX se encontró con que los historiadores
consideraban como objeto de estudio el conjunto de las cosas realizadas
por el ser humano, con lo que el concepto de fuente se amplió notoriamente. La
refinación de técnicas, la incorporación del ordenador y la lucha de sectores
sociales por su reconocimiento como sujetos posibilitó el acercamiento a grupos
humanos que hasta el momento habían sido
marginados de la historia (trabajadores, mujeres, negros, jóvenes). Este
sustancial avance en torno a comprender la complejidad social en vez de producir una historia total
enriquecida por diferentes miradas llevo a su fragmentación.
En su momento de
mayor esplendor la historiografía deberá
soportar el embate de autores que la volvían a colocar como parte de los
géneros literarios. Ya no era el cuestionamiento a si era o no ciencia sino que
por su forma narrativa era un discurso, cuya validez o no dependía de los criterios éticos del historiador
(White, Veyne).
Sin embargo el golpe más
duro para la historia como ciencia de la totalidad y del devenir provino de la
crisis del marxismo. El ataque a los metarelatos realizado por los posmodernos
sumado al abandono del marxismo como teoría explicativa por un conjunto
importante de intelectuales fue corrosivo para importantes pilares de la
teoría de la historia-ciencia.
La historia en el
siglo XXI
En forma esquemática podemos ver que en las últimas décadas la
historiografía se caracteriza por el eclecticismo, la dispersión temática y la
refinación técnica. Se ha ganado en conocimiento de lo particular pero sin que
ello implique una búsqueda de una síntesis superior para desentrañar el todo.
Un conjunto formas de
hacer historia conviven, se superponen y a veces colaboran (historia de las
vidas privadas, del cuerpo, de las mujeres, de los jóvenes, de la cultura, etc).
En este contexto la historia reciente ha ido adquiriendo un estatuto propio
diferenciado su campo de la memoria, ha resurgido la historia política y las
biografía. Los estudios históricos tienden a la corta duración, a lo local o
singular. ¿Crisis de la historia? ¿historia en migajas?¿nuevas formas de ver el
pasado producto de una cambio de régimen de historicidad?¿etapa de transito a
nuevos paradigmas o de formulación de los viejos? , preguntas abiertas para un
futuro incierto en una disciplina que sigue en construcción pero sin un rumbo
claro o por lo menos explícitamente consensuado.
En estas breves líneas
hemos intentado mostrar como la forma de escribir historia ha variado a través
del tiempo, en función del marco histórico-concreto en que se realiza la obra,
los hombres al decir de Bloch “se parecen más a su tiempo que de sus padres”. Estamos
convencidos que conocer el proceso
producción historiográfica nos
permite ser más críticos al leer los relatos que sobre el pasado nos llegan.
Este es el objetivo de los artículos que ocuparán este espacio y que esperemos
sean de utilidad.
*Profesor en formación docente en Historiología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario