domingo, 14 de abril de 2013

LA CONCEPCIÓN DEL SUJETO EN ERNESTO”CHE” GUEVARA



LA CONCEPCIÓN DEL SUJETO EN ERNESTO”CHE” GUEVARA

            Trabajo  para el curso del Mag. Yamandú Acosta .
Maestría de Estudios Latinoamericanos FHCE-UDELAR


INTRODUCCIÓN.

 “El estudio del Che necesariamente nos remite a una lucha por su herencia, a un combate. En esa pelea, la apropiación burguesa del Che reposa sobre tres tipos de operaciones ideológicas:
En primer lugar, se lo intenta desvincular de la revolución cubana, de su dirección revolucionaria -que él contribuyó a crear y de donde emergió como cuadro y dirigente- y del innegable impulso que aquella dio a la revolución continental. En segundo lugar, se pretende presentarlo como un empirista y un pragmático, absolutamente desprovisto de cualquier nexo con la teoría social y filosófica marxista. Y en tercer lugar, se lo convierte en un mito y una imagen desligado de su proyecto y al cual se reverencia “independientemente de sus ideas” o “a pesar de ellas”.” Nestor KOHAN


América Latina  ha producido, en el siglo XX,  un conjunto de pensadores originales y prolíferos. En particular dentro de la  concepción del mundo marxista han existido importantes teóricos  cuyos aportes, a veces, han pasado desapercibidos por los análisis que se realizan desde Europa[1].
Esta invisibilidad  debe bastante a un eurocentrismo que ve a las elaboraciones americanas como  hijas menores, de los corpus teóricos elaborados en el viejo continente. A ello se suma la “dificultad” de que una de las características de los marxistas americanos fue la de ser actores políticos, por lo que su elaboración es producto del debate, de la resolución de problemas concretos y a veces su teorización es fragmentaria. No está de más acotar  que gran parte de la elaboración de Lenin responde a estas mismas características.
La elaboración marxista americana se produce en  polémica con otras corrientes del pensamiento, en particular el nacional reformismo o el anarquismo, o a la interna del propio marxismo para organizar y elevar teóricamente a las clases subalternas. Los debates en torno a la teoría, táctica y organización están presentes desde los inicios de la aprensión del marxismo en América.[2]
Existe un fecundo desarrollo del marxismo en América Latina que no niega  las categorías de análisis de los clásicos, pero que los enriquece pensando desde la región[3]. Pensamiento original, fragmentario y elaborado en el fragor de la lucha de clases. Que supo desde sus comienzos criticar, aunque sea en forma minoritaria, las tendencias preponderantes.
Guevara es tributario de esta tradición que conoce desde su juventud a través de la lectura de Aníbal Ponce[4] , reafirmado posteriormente con el contacto que tiene de  Mariategui a través del Dr. Pesce. Debemos tener presente que el Che de la revolución cubana fue un joven que se había nutrido de una rica tradición de autores latinoamericanistas y entre ellos de algunos de los marxistas que pensaron las categorías marxistas desde la situación del continente.
Es común que la imagen de guerrillero de Ernesto Guevara oculte al teórico. Su elaboración queda a veces acotada  a su reflexión teórico/práctica de la  vía armada. Por debajo de esta estigmatización aparece el brillante polemista político, irreverente e irónico. Lo que normalmente se soslaya es su avidez por la lectura, sus amplios conocimientos de la cultura de su tiempo y su profunda reflexión filosófica[5].
Su elaboración teórica se enmarca dentro de un pensar latinoamericano. Lo característico de esta reflexión está no solo en  la naturaleza de los objetos estudiados sino en las respuestas que el sujeto pensante da frente a estos objetos.[6] Si bien el pensamiento del Che discute las universalizaciones soviéticas del marxismo, no cuestiona el instrumental del método marxista que es parte sustancial de su reflexión crítica. Es parte de sus objetivos que el marxismo sea aprendido por el conjunto del pueblo como parte de una forma de pensar que se debe insertar en la cultura popular: “Se debe ser marxista con la misma naturalidad con que se es “newtoniano” en física, o “pausteriano” en biología”[7].  El marxismo se debe constituir en el sustento del nuevo bloque histórico, en el sentido gramsciano,  que se está construyendo.  Se nota, a partir de sus escritos, que para él existen diferentes niveles de acercamiento al marxismo, en donde pesa también la posición de Cuba como Estado[8]. 
Sus discursos y su práctica concreta son para que el marxismo sea estudiado críticamente, como una guía para la acción y no como un dogma. Esto lo lleva a enfrentar la forma de presentar el marxismo por los soviéticos. Su crítica está dirigida a un marxismo que se ha vuelto escolástico y que es necesario vivificarlo, recomponerlo a través del análisis de la realidad.[9] Esto presupone que en determinados ámbitos de formación no deben existir censuras previas[10]. Se trata de volver a poner en el centro de la reflexión y de la práctica al ser humano.
En este trabajo nos proponemos rescatar del pensamiento del Che su teorización sobre la construcción del hombre nuevo, del sujeto transformador/trasformado.
Trabajaremos especialmente sobre el período 1959-1965 en donde como hombre de gobierno tiene que poner en práctica sus ideas en el marco de una situación cualitativamente distinta. Esta tensión entre la concepción teórica y la práctica de la gestión es esencial en mi tema de tesis.  Veremos cómo trata, pese a la imperiosa necesidad de que Cuba aumente su producción, de no caer en la solución “sencilla y probada” de los estímulos materiales para aumentar la productividad. Cómo en medio de los apremios por desarrollar el aparato productivo del país se generan ámbitos de estudio para analizar el conjunto de las posibilidades y las consecuencias de las mismas sin que existan caminos preconcebidos.  Hay un intento de elaboración propia, desde el suelo cubano, del proceso de transición al socialismo.

PROCESO DE FORMACIÓN

No conviene hacer un corte epistemológico entre obras de juventud y madurez. Si bien este trabajo se refiere a un período de  la vida de Guevara, las ideas que va a llevar adelante tienen una génesis que es preciso conocer aunque sea someramente.
El Che nace en el seno de un hogar liberal donde la lectura, las discusiones políticas y literarias están presentes continuamente.  En la casa de sus padres tendrá contacto directo con refugiados de la guerra civil española y será partícipe de las discusiones sobre la derrota de los republicanos. Las referencias a la guerra civil estarán presentes desde esta época en sus reflexiones políticas basta, recordar la carta a su madre, en medio del proceso guatemalteco, en donde afirma que prefiere morir como Sandino a vivir como Azaña.[11]
Sus contactos con el marxismo son parte de su avidez de lectura. Este afán por la lectura lo acompañará toda la vida, incluso en las peores condiciones (en todas sus acciones guerrilleras traerá consigo sus libros y cuadernos de notas). A los 14 años entra en contacto con una versión abreviada de “El Capital”. El año siguiente será de lecturas de Marx y Engels. A los 17 años comienza la redacción de un diccionario filosófico. Especialmente sería en el volumen cuarto en donde el Che dejaría asentado su estudio sobre el marxismo (estos cuadernos de su juventud aún permanecen inéditos): por ejemplo cuando  compara su conocimiento del marxismo con el que tienen los mineros comunistas con los que se cruza en Chile. También en la búsqueda de las causas socioeconómicas a los problemas que ve. Igualmente él admite en 1956 en una carta a su madre que el marxismo ha sido hasta ese momento un auxiliar y no la columna vertebral de su accionar, situación que afirma va a cambiar.[12]
Es frente a la muerte de su abuela que asume la definición de estudiar medicina y no ingeniería. En este momento su idea es la del triunfo personal, el de convertirse en un gran investigador, es el deseo de que su esfuerzo individual salve al mundo[13]. Cuando ingresa a la Facultad de Medicina es que, en 1947, conoce a Berta Gilda Infante, joven comunista con la que establecerá amistad.
En 1950 realiza su viaje por el interior de la Argentina: recorre 4500 km por 12 provincias del norte. Escribe un diario en donde se nota el transcurrir de metas cumplidas, en donde el cuerpo deja paso a la voluntad, en una búsqueda constante de demostrar que  puede vencer las dificultades físicas[14]. En ese diario Guevara anota las valoraciones  críticas que le hace un trabajador “golondrina” a su desgaste de energía sin sentido[15]. Un sin sentido que vuelve a aparecer en la reflexión de Guevara frente a un motociclista con el cual se cruza: un aventurero que busca el peligro pero que muere sin que nadie lo conozca.
Ya en este encuentro con las condiciones de su país el joven Guevara demuestra que tiene una  clara definición sobre lo que se debe observar para conocer la realidad de un pueblo: ni a sus monumentos, ni a sus sitios turísticos, sino a sus hospitales, comisarías y a la gente común. El sujeto real no es el de los folletines o los de las fotografías sino el ser concreto que vive y sobrevive. El futuro Che se va encontrando con el pueblo al cual aún no pertenece.
En algunos autores hay una defensa  de esta etapa de juventud tratando de ocultar el voluntarismo burgués de sobresalir individualmente, como si el revolucionario posterior se hubiera gestado desde el nacimiento. No es ningún demérito ver en las primeras acciones del Che un intento de sobresalir, de superarse  individualmente, en todo caso lo que podemos apreciar en su primeros escritos son una lenta superación de este individualismo burgués por metas de acción colectivas.
¿Cómo explicar su intento, expreso, aunque no concretado, de publicar sus memorias? Sus escritos son para sí mismo pero  también cree que su experiencia individual merece ser transmitida a otros.
Los dos viajes que realiza por América Latina lo acercan a la realidad del continente. Su acercamiento es el del observador interesado que se va asumiendo como un protagonista del cambio. Aparece en su relato una comprensión de la necesidad de la unidad latinoamericana frente a un mismo opresor, se asume no ya como argentino sino como americano. Su visión latinoamericanista se nutre en la compresión que tiene del discurso bolivariano, de las valoraciones sobre cómo llevar adelante una lucha contra el imperialismo.
Este segundo diario está escrito después del viaje con la clara intención de ser publicado. Su estilo será el mismo que utilizará posteriormente: a partir de las notas que toma todos los días, posteriormente  reconstruye el viaje. El inicio del diario nos muestra a un Guevara crítico que no oculta sus vacilaciones y el propio progreso su conciencia. Aparece en el diario un ser humano que se transforma en el acto de conocer, un hombre que se transforma en el devenir. “El personaje  que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra Argentina, el que las ordena y pule, “yo”, no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra “Mayúscula América” me ha cambiado más de lo que creí”[16]
El trascurrir de las páginas nos muestra a  un Guevara médico que busca aliviar a los enfermos. Su pensamiento aún se encuentra en los marcos del reformismo, todavía no ha comprendido cabalmente que las  contradicciones de clase no se resuelven con reformas. Es un ciudadano crítico que “espera” que los gobernantes actúen, en particular que asuman una inversión mayor en asistencia social.
En Chile, cuando se cruza con una pareja de mineros comunistas, Guevara asume su condición de clase distinta a la que ve y se siente hermanado con el proletariado: esa “extraña especie humana”. El minero comunista lo vuelve a hacer reflexionar sobre su viaje sin sentido. No deja de causar desazón ver a ese joven intelectual burgués sentenciar que el minero no comprende más que lo básico del comunismo, cuando ese obrero asume una posición de sacrificio colectivo que aún Guevara no ha tomado.
El diario nos muestra esa característica que en el Che va a estar más pulida y que va a ser más severa. En las páginas del mismo se ven las  observaciones cáusticas sobre los diferentes personajes públicos y anónimos con los que se va cruzando. Hay una continua observación a las incoherencias entre el discurso y la práctica, exigencia que no es solo frente a los nuevos conocidos sino en particular sobre sí mismo y sus compañeros.
Guevara asumirá una postura de compromiso revolucionario en Guatemala. Será la agudización y elevación de la lucha de clases que se comienza a desarrollar que convertirá a Guatemala en un ejemplo de lo que es capaz de hacer el imperialismo y de las dificultades de los procesos revolucionarios de afianzarse si no son capaces de avanzar lo que lo hará asumirse plenamente como  marxista.  Si bien su acercamiento al marxismo es desde temprana edad ya no será un mero ejercicio intelectual sino que lo asumirá como una guía para la acción[17]. Descubre la necesidad de la teoría para explicar el conjunto de experiencias vividas[18]. Esto se expresa en un conjunto de cartas dirigidas a su familia en donde critica su actitud burguesa (hay un claro reconocimiento de haber pertenecido a esa clase y asumirse como parte de otra).
Critica la división de los partidos de gobierno que pugnan luchas de poder y en ese marco  se nota el respeto que siente Guevara por los comunistas.[19]
Es en el proceso Guatemalteco que el Che se definirá como comunista y verá su afiliación como algo próximo. Recordemos que su contacto con los comunistas ha sido permanente pero será la práctica concreta de los mismos en el proceso revolucionario el que lo decidirá a incorporarse[20]. No obstante, aún en el marco del proceso revolucionario guatemalteco los objetivos de Guevara siguen siendo los científicos, en ese momento su intención es ir a Europa.
En Guatemala conocerá a Nico López, sobreviviente del Moncada, que lo pondrá en contacto con la experiencia cubana y ser su nexo en México con el Movimiento 26 de julio.
Sus días de combate  en la guerrilla son de los más conocidos. De esa etapa estará siempre presente  la voluntad de sacrificio de los compañeros de lucha, la solidaridad, la entrega por un ideal mayor. “Fue la primera época heroica, en la cual se disputaban para lograr un cargo de mayor responsabilidad, de mayor peligro, sin otra satisfacción que el cumplimiento del deber. En nuestro trabajo de educación revolucionaria, volvemos a menudo sobre este tema aleccionador. En la actitud de nuestros combatientes se vislumbraba al hombre del futuro” [21]
La actitud heroica del sacrificio individual en pos del colectivo es una preocupación permanente en Guevara. Ya en el gobierno, una idea que lo atormentará es cómo mantener la tensión lograda en esos años de lucha en proceso de construcción de la sociedad socialista. Es una preocupación mantener esa tensión, esa voluntad de querer transformar la realidad en momentos en donde la lucha de clases no aparece tan brutal. “Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico.”[22] Recordemos su comentario sobre las marchas de apoyo al proceso boliviano, de las que menciona, lamentándose, la falta de virilidad de las mismas.[23]

EL CONTEXTO CUBANO

Los primeros meses de la Revolución muestran las tensiones a la interna de un gobierno provisional que era reflejo complejo y contradictorio de la confluencia de las distintas clases que  la promovieron. Las discrepancias estaban en torno al contenido y al grado de profundidad del desarrollo  del programa  previamente acordado. Asumir la resolución de los problemas estructurales de una economía dependiente, monoproductora y multiimportadora llevaba indefectiblemente al enfrentamiento con el imperialismo norteamericano  y en un mundo bipolar la alternativa posible era el bloque socialista.  Para los principales líderes de la Revolución la experiencia que se había vivido en el continente en los años anteriores (Bolivia, Guatemala) mostraba claramente los problemas de ser indecisos.
El Che asume las responsabilidades vinculadas a la economía de Cuba en un momento de agudización y elevación de la lucha de clase a la interna del propio gobierno.
El gobierno de Urrutia estuvo marcado por los primeros pasos de una revolución agraria, antiimperialista y democrática impulsada por la movilización de masas. Entre sus primeras medidas de gobierno estuvieron el saneamiento del aparato burocrático-militar del Estado: la disolución del ejército y su sustitución por el ejército rebelde, la reorganización de la policía, la disolución del congreso y el reemplazo del 50% de los funcionarios públicos. Se constituyeron tribunales revolucionarios, se limpió los sindicatos de la presencia de la plana mayor del mujalismo (acción comandada por David Salvador).          
Al mismo tiempo el sector de  derecha del Movimiento 26 de julio comienza a atacar a los comunistas y socialistas; este sector  estaba representado por Urrutia, Pedro Díaz Lanz comandante de las fuerzas aéreas revolucionarias y Hubert Matos comandante militar de la provincia de Camagüey.
El movimiento obrero también sufrió del anticomunismo ayudado por la posición neutral de Salvador. Como el M26 careció de base sindical, en octubre del 58  se había creado, junto con los comunistas, el Frente Obrero Nacional Unido, disuelto por Salvador. El cariz de la lucha a la interna sindical llevó a que los sectores obreros apoyaran a Mattos. Con la unidad obrera en peligro, en noviembre de 1959 se lleva a cabo el 10º congreso de la Confederación del Trabajo en donde se traba la lucha entre anticomunistas y los partidarios de la unidad (comandados por Martínez Sánchez, ministro de trabajo) y los comunistas. La resolución del congreso acabó con los mujalistas dentro de la central.
 A nivel internacional desde la prensa de EEUU, durante 1959,  se empieza una campaña difamatoria a la que se sumaba el asilo a funcionarios del gobierno de Batista y que terminaba con el permiso para usar Florida como campo de aviación desde el cual se bombardeaban las cosechas y los molinos de azúcar. En filas revolucionarias se comienza a sospechar de la posible intervención directa que se concretarán posteriormente con la invasión a Bahía de Cochinos. Las acciones indirectas eran constantes, un ejemplo es el atentado al barco “Le Coubre”  (4/3/1959) que traía armamento y explosivos de Europa, en donde mueren 80 obreros.
En junio del 59 demiten 5 ministros, como forma de presionar frente a la profundización de la revolución. Es el momento en que el Che inicia una gira por Asia y África. El 30 de junio el jefe de la Fuerza Aérea, Díaz Lanz, deserta y huye a los EEUU. El 18 de julio estalla el conflicto entre Castro y Urrutia. Fidel acusa al presidente de evitar el avance de las reformas frente a lo cual dimite. Estalla una huelga en apoyo a Fidel y bajo presión obrera y campesina  Urrutia renuncia y asume Dorticos.
El 7 de setiembre regresa Guevara luego de tres meses de ausencia. El 7 de octubre es designado como jefe de Industria. El 21 de octubre es destituido Hubert Mattos, jefe de la guarnición de Camagüey, luego de haber intentado generar un movimiento para derrocar a Castro. El 26 de noviembre Guevara es designado presidente del Banco Nacional.
En este contexto nacional e internacional es que el Che va a tratar de plasmar en acciones concretas su idea de hombre nuevo.

EL CONCEPTO DE HOMBRE NUEVO

“(…) aun cuando los pueblos estén en la misma definición social, sean capitalistas o estén en proceso de construcción del socialismo o cualquier otro, han arribado a esa etapa histórica por caminos dife­rentes y en condiciones peculiares para cada pueblo.
Por eso el marxismo es solamente una guía para la acción. Se han descubierto las grandes verdades fundamentales, y a partir de ellas, utilizando el materialismo dialéctico como arma, se va interpretando la realidad en cada lugar del mundo. Por eso ninguna construcción será igual; todas tendrán características peculiares, propias a su for­mación.
Y las características de nuestra revolución también son propias. No pueden desligarse de las grandes verdades, no pueden ignorar las ver­dades absolutas descubiertas por el marxismo, no inventadas, no esta­blecidas como dogmas, sino descubiertas en el análisis del desarrollo de la sociedad. Pero habrá condiciones propias, y los miembros del Parti­do Unido de la Revolución deberán ser creadores, deberán manejar la teoría y crear la práctica de acuerdo con la teoría y con las condi­ciones propias de este país en que nos toca vivir y luchar.
Es decir, que la tarea de la construcción del socialismo en Cuba debe encararse huyendo del mecanicismo como de la peste. El meca­nicismo no conduce sino a formas estereotipadas, no conduce sino a núcleos clandestinos, al favoritismo, y toda una serie de males dentro de la organización revolucionaria. Hay que obrar dialécticamente, apoyarse en las masas, estar siempre en contacto con las masas, diri­girlas mediante su ejemplo, utilizar la ideología marxista, utilizar el materialismo dialéctico y ser creadores en todo momento.....
Frente a esto, ¿cómo podríamos definir las tareas más importantes de un miembro del Partido Unido de la Revolución? Hay dos funda­mentales, dos que vuelven a repetirse constantemente y que son la base en que está apoyado todo el desarrollo de la sociedad: la producción, el desarrollo de los bienes para el pueblo, y la profundización de la conciencia” Ernesto Guevara “Sobre la construcción del partido “(1963)

En el pensamiento de Guevara el sujeto es trasformador de la realidad y al mismo tiempo es transformado por ella[24], siendo un producto inacabado, en construcción, un individuo inserto en la totalidad, pero que, consciente del lugar que ocupa en la misma, puede actuar para transformarla.[25]
La nueva conciencia social, el hombre nuevo, no surge a posteriori de los avances científico-técnicos, ni de la socialización de los medios de producción. La construcción del hombre nuevo se inicia en el mismo proceso revolucionario, no surge mecánicamente como producto acabado de las condiciones materiales. En su concepción el ser humano es un ser incompleto que se realiza en la práctica, en el accionar concreto sobre la realidad, y que para superar las trabas, presentes en su conciencia, del capitalismo debe ser capaz de tener claro el objetivo. Esto se logra a través de la planificación de la construcción de la sociedad, plan que debe ser realizado en discusión con el pueblo para que este se lo apropie, lo haga suyo, lo defienda e impulse. 
Esta transformación consciente de la realidad permite al ser humano elevarse sobre las condicionantes materiales. Es una transformación consciente que en el proceso  desaliena, proceso que no está dado por el accionar exclusivo  y autónomo de las masas sino por el accionar en conjunto con una vanguardia política consecuente.
El Che no cae en el error de pensar que la ideología dominante desaparece como arte de magia por el simple hecho de proponérselo ni que la existencia de una organización revolucionaria hace que sus integrantes sean impermeables a la misma. El combate contra la ideología capitalista es una tarea constante que necesita de una dirección política probada en todas las circunstancias, inserta en la masa, que por su conducta y coherencia  conduce y es conducida por las grandes masas[26]. “El partido del futuro estará íntimamente unido a las masas y ab­sorberá de ellas las grandes ideas que después se plasmarán en direc­tivas concretas”. Dirección política que debe ser ejemplo viviente del hombre nuevo que está ayudando a crear.  “Primeros en el estudio, primeros en el trabajo, primeros en el entusiasmo revolucionario, primeros en el sacrificio; en todo momento más buenos, más puros, más humanos que todos los otros, deben ser los cuadros de nuestro partido”. Vanguardia política, la cual no está exenta de errores por lo que la crítica y la autocrítica deben estar siempre presentes.[27]
Guevara es especialmente crítico del  comportamiento que deben asumir los dirigentes de la revolución. En sus discursos cuestiona la práctica que asumía como “normal” que el cuadro político que tiene mayores  responsabilidades deba también por ello tener más  privilegios. Defiende por el contrario, teórica y prácticamente, que el dirigente de la revolución, en tanto ejemplo de hombre nuevo, debe tener las mismas comodidades que el conjunto del pueblo.
En particular  analiza el papel que debe desarrollar el cuadro político en la construcción de la sociedad socialista. Cuadro revolucionario  que lo es en tanto que su práctica condice con la teoría que lo guía. Existe en la reflexión de Guevara un llamado a tener una ética revolucionaria que conlleve al compromiso permanente.[28]

El trabajo planificado
En el pensamiento del Che el plan  tiene que partir de definiciones teóricas generales y basarse en el grado de conocimiento de la realidad que se  tiene[29]. El plan es una guía para trasformar la realidad en la práctica concreta dentro de un período determinado. Debe tener objetivos estratégicos claros, comprensibles y objetivos tácticos que se entrelacen con los estratégicos.
La discusión, elaboración y puesta en práctica del plan debe convertirse en el principal instrumento de la dirección (Gobierno o en el caso especifico el Ministerio de Industria). Es a partir de él que se vértebra el trabajo colectivo debido a que la concreción del plan es la principal responsabilidad de la dirección política. Su despliegue práctico suministra el marco natural para el desarrollo del control, la crítica y la autocrítica (por eso las reuniones bimensuales para valorar como era llevado a cabo el plan, los retrasos o avances que tenía). Es en su puesta en práctica que la dirección se forja, se cohecciona ideológica y políticamente.
Los cuadros  tienen que asumir la tarea de explicarlo en cada uno de los organismos partidarios, centros fabriles o batallón del ejército, dar la batalla por él, por su comprensión y defensa. No se puede esperar un accionar  constante sin demostrar que las acciones particulares, puntuales y concretas responden a un objetivo general.
La planificación sobre el desarrollo de la sociedad a crear era el instrumento necesario e imprescindible para ir superando las trabas impuestas por el capitalismo, por eso para hacerlo no se podían utilizar las armas (instrumental técnico y político) heredadas. Era necesario hacer una profunda crítica de las mismas, ya fuera en su versión occidental o la elaborada por la academia soviética.
La elaboración de un camino propio de transito al socialismo lo lleva a cuestionar la preponderancia que tienen los bienes materiales en la construcción de la sociedad nueva y a resaltar el carácter esencialmente humano y por lo tanto consciente del mismo. Algunos de estos temas están en el llamado “joven Marx” pero el pensamiento de Guevara no lo toma para retroceder a una visión antropológica pre “El Capital” sino que lo retoma para insertarlo en un análisis que hace del ser humano un partícipe activo.[30] Su pensamiento lo  enfrentaba directa o indirectamente al corpus teórico soviético pero también al que se iba formado en Europa como una respuesta al mismo[31].
Hay en el Che una lectura del joven Marx pero en un sentido diferente a la europea: estos lo utilizan para criticar el socialismo soviético sin ser capaces de ofrecer una alternativa, en gran parte porque es un esfuerzo intelectual y teórico no inserto en las masas. Si bien existe una preocupación común en torno al hecho de poner al ser humano en el centro de las preocupaciones[32] se diferencian en que el Che no pierde la confianza en la capacidad del partido y de las masas  ni en la posibilidad de construir el socialismo en un país subdesarrollado.
 El sumergirse en el estudio del Marx del 44 implica para Guevara la búsqueda de respuestas concretas a la construcción del socialismo en su país. No se trata de una elucubración teórica de lo que debería hacerse o cómo podría ser el socialismo si se hubiera hecho lo que Marx planteaba, se trata de retornar a Marx como parte de la praxis revolucionaria.
Retomar el planteo marxiano de que el proceso a la sociedad comunista no puede ser solamente un tema de bienes materiales, sino que al mismo tiempo es un hecho de conciencia, conlleva a asumir que la gestión de gobierno no puede repetir las experiencias conocidas hasta ese momento. El Che tampoco queda preso de una concepción idealista que presuponga que solo por la educación de las masas se puede generar el cambio. El cambio subjetivo, en la conciencia,  tiene una base material concreta que hay que transformar. Por eso va a buscar por diferentes medios controlar la ley del valor y reducir a su mínima expresión el intercambio de mercancías a la interna del país. La existencia de la mercancía, “célula económica del capitalismo”, tienen necesariamente sus efectos a nivel de la conciencia.

El modelo económico y el hombre nuevo

El hombre nuevo -sujeto transformador/transformado- se relaciona intrínsecamente con su concepción económica. Para Guevara la preexistencia de la mercancía en la sociedad, que se está construyendo, genera expresiones a nivel de la conciencia[33] que deforma el socialismo en tanto permiten la reproducción capitalista. Afirma que no se puede utilizar las armas del capitalismo para una transformación socialista[34] por lo que es necesario preponderar los incentivos morales sobre los materiales al contrario de lo que planteaba el  modelo soviético (lo que en su momento generó un debate a nivel interno e internacional).
Su discusión del modelo soviético aborda dos aspectos intrínsecamente relacionados. Por un lado el hincapié que realiza del desarrollo de la nueva sociedad, desde el punto de vista de la conciencia, lo hace profundizar en su concepción del hombre nuevo. Por el otro el análisis económico lo lleva a ver la existencia de  límites en el crecimiento económico y por lo tanto del propio desarrollo de la sociedad socialista si se aplican los métodos preponderantes en el mundo socialista
El modelo soviético se basaba en la planificación macroeconómica a través del cumplimiento de metas quinquenales en distintas ramas de la producción. A nivel microeconómico las empresas se autogestionaban, para obtener ganancias que luego se repartían entre sus trabajadores, configurándose así el estimulo material.
 “(…)¿cuál es el defecto funda­mental de todo el sistema? Que limita la posibilidad del desarrollo mediante la competencia capitalista pero no li­quida sus categorías ni implanta nuevas categorías de un carácter más elevado. El interés material individual era el arma capitalista por excelencia y hoy se pretende elevar a la categoría de palanca de desarrollo, pero está limitado por la existencia de una sociedad donde no se admite la explotación. En estas condiciones, el hombre no desarrolla todas sus fabulosas posibilidades productivas, ni se desarro­lla él mismo como constructor consciente de la sociedad nueva.”[35]
En el socialismo la ley del valor no pude desarrollarse plenamente al no existir un mercado libre en donde los productores eficientes y no eficientes compitan y los segundos queden eliminados o sean capaces de desarrollar nuevas técnicas para aumentar su productividad. Esto está dado porque el aparato productivo está en función del conjunto de la sociedad y se elimina la rentabilidad de la empresa. El problema se encuentra en que la competencia capitalista no es sustituida por un nuevo motor que desarrolle la ciencia y la técnica, por lo que esta se termina estancando.  Obviamente que avanzar en el camino de la competencia entre las empresas sin tener presente al conjunto de la sociedad es abrir el camino al capitalismo. Ante esta problemática y sabiendo que la principal fuerza productiva es el ser humano, el Che va a plantear que el nuevo motor que desarrolle continuamente la ciencia y la técnica debe ser el compromiso consciente del individuo con la sociedad.
Existe para el Che dos claros modelos de tránsito hacia el socialismo, uno ya vigente pero que consideraba erróneo y el otro el que se intentaba desarrollar en Cuba.
“(…)una de las cosas que más me anima a trabajar, el poder de­mostrar la eficiencia del método, porque considero que esta­mos, naturalmente, frente a una polémica más o menos públi­ca, que se conoce claramente, que está enmarcada dentro de dos criterios completamente diferentes. Es decir, por un lado la palanca del interés material, planificación centralizada hasta ciertos niveles, juego libre a las empresas para que prácticamente luchen ellas entre sí en el ámbito nacional y los sistemas de contabilidad viejos.
Nosotros planteamos aquí un sistema centralizado de la dirección de la economía, con un control bastante riguroso de las empresas, pero además con un control consciente de los directores de empresas y considerar el conjunto de la economía como una gran empresa y tratar de establecer la colaboración entre todos los participantes como miembros de una gran empresa, en vez de ser lobitos entre sí, dentro de la construcción del socialismo.”[36]
Utilizar los instrumentos económicos sin discusión política es caer en el tecnocratismo, por eso para el Che es imprescindible hacerse la pregunta de cuál es el objetivo del modelo económico que se quiere aplicar: si  se busca el aumento de la productividad en el corto plazo los incentivos económicos pueden ser la solución, si por el contrario el objetivo es romper con la alienación del trabajo hay que trabajar sobre la conciencia. Por eso utilizar un mecanismo como los incentivos materiales, que conlleva a hacer del hombre una mercancía que vale más en tanto produce más, generando así la reproducción de una dinámica que socaba el proyecto futuro. “Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etc.), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.”[37]
El estímulo moral, la creación de una nueva conciencia socialista, es el punto en que debemos apoyarnos y hacia donde debemos ir y hacer énfasis en él.
El estímulo material es el rezago del pasado, es aquello con lo que hay que contar, pero a lo que hay que ir quitándole preponderancia en la conciencia de la gente a medida que avance el proceso. Uno está en decidido proceso de ascenso; el otro debe estar en decidido proceso de extinción. El estímulo material no participará en la socie­dad nueva que se crea, se extinguirá en el camino y hay que preparar las condiciones para que ese tipo de movilización que hoy es efectiva vaya perdiendo cada vez más su importancia y la vaya ocupando el estímulo moral, el sentido del deber, la nueva conciencia revolu­cionaria.”[38]
En las actas de las reuniones del consejo de industria vemos claramente sus preocupaciones:
“(…) Ahora nos interesa el hombre y de ahí la cita [de Marx 1844] que, no por ser de su juventud, tiene menos valor como expresión del pensamiento del filósofo.
«El comunismo, como superación positiva de la propiedad privada, como autoenajenación humana y, por tanto, como real apropiación de la esencia humana por y para el hombre; por tanto, como el retorno total, consciente y logrado dentro de toda la riqueza del desarrollo anterior, del hombre para sí como un hombre social, es decir, humano. Este comunismo es, como naturalismo acabado = humanismo y, como humanismo acabado = natura­lismo; es la verdadera solución del conflicto entre el hombre y la naturaleza y del hombre contra el hombre, la verdadera solución de la pugna entre la existencia y la esencia, entre la objetivación y la afirmación de sí mismo, entre la libertad y la necesidad, entre el individuo y la especie. Es el secreto revelado de la historia y tiene la conciencia de ser esta solución».
La palabra conciencia es subrayada por considerarla básica en el plantea­miento del problema; Marx pensaba en la liberación del hombre y veía al comunismo como la solución de las contradicciones que produjeron su enaje­nación, pero como un acto consciente. Vale decir, no puede verse el comunismo meramente como el resultado de contradicciones de clase en una sociedad de alto desarrollo, que fueran a resolverse en una etapa de transición para alcanzar la cumbre; el hombre es el actor consciente de la historia. Sin esta conciencia, que engloba la de su ser social, no puede haber comunismo-[39]
Para Guevara centrar la discusión en lo que momentáneamente solucionaba el problema de la producción (el estímulo material) sin tener presente las consecuencias ulteriores era un error.  Incentivar solo desde el punto de vista material el aumento de la productividad de los trabajadores  era seguir viendo al trabajo como una tarea penosamente realizada y no como una necesidad de humanización y liberación del ser humano. El hombre para realizarse en su trabajo se tiene que consustanciar con el mismo, ahora esto “es algo a construir, a organizar”[40] Esto implica una “(…) forma de educación en la cual el trabajo pierde la categoría de obsesión que tiene en el mundo capitalista y pasa a ser un grato deber social, que se realiza con alegría, que se realiza al son de cánticos revo­lucionarios, en medio de la camaradería más fraternal, en medio de contactos humanos que vigorizan a unos y otros, y a todos elevan”[41].
En este marco el trabajo voluntario asumido como una responsabilidad social, como una necesidad interior de brindarse al desarrollo del socialismo, sin otra recompensa que la autosatisfacción del deber cumplido “(…) es la expresión genuina de la actitud comunista ante el trabajo, en una socie­dad donde los medios fundamentales de producción son de propiedad social; es el ejemplo de los hombres que aman la causa de los proletarios y que subordinan a esa causa sus momentos de recreo y de descanso para cum­plir abnegadamente con las tareas de la Revolución. El trabajo voluntario es una escuela creadora de con­ciencia, es el esfuerzo realizado en la sociedad y para la sociedad como aporte individual y colectivo, y va for­mando esa alta conciencia que nos permite acelerar el proceso del tránsito hacia el comunismo.”[42] Su importancia no está en el aumento de la producción, que no deja de ser importante, sino en la concreción práctica del hombre nuevo. Por eso en particular los miembros de la dirección del partido y del Estado deben ser los primeros en acudir a realizarlo.
El trabajo voluntario tiene que ser parte de una compulsión interna, de una necesidad surgida desde la conciencia individual. El Che advierte que el trabajo voluntario basado en la presión social se puede convertir en mecánico y por lo tanto en trabajo alienado. [43]Cumplir con las metas de un plan elaborado por “otros” pude ser parte de una acción que sirve para integrarse, para ser reconocido en una determinada sociedad sin por ello ser asumido por el individuo como una necesidad de su propio desarrollo como persona, como ser humano que se realiza en el acto del trabajo.
Su hincapié en los estímulos morales como palanca del desarrollo por encima de los estímulos materiales tiene como base una profunda reflexión filosófica sobre el papel del ser humano como constructor consciente de su propio destino. Para él la transformación de la conciencia no debía esperar a que se produjera el cambio en la base material sino que debía comenzar desde el mismo  momento en que comenzaba el proceso revolucionario.  No hay en sus escritos una idealización de los seres humanos sino que trata de entenderlos, entenderse, como influidos por las contradicciones de una sociedad divida en clases.
“(…) En nuestra posición, el comunismo es un fenómeno de conciencia y no solamente un fenómeno de producción; y que no se puede llegar al comunismo por la simple acumulación mecánica de cantidades de productos puestos a disposición del pueblo. Ahí se llegaría a algo, naturalmente, de alguna forma especial de socialismo. Eso que está definido por Marx como el comunismo y lo que se aspira en general como comunismo, a eso no se puede llegar si el hombre no es consciente. Es decir, si no tiene una conciencia nueva frente a la sociedad; entonces nosotros tratamos de darle esa conciencia nueva frente a la sociedad; separamos lo más posible de los estímulos materia­les, sin dejar de reconocer los estímulos materiales como ne­cesarios en estos momentos, es decir, no planteamos una si­tuación ilusa, una situación ideal, planteamos la situación en Cuba en el año 1963, ahora en el 64, saliendo de una etapa semicolonial, de todos los vicios, de todas las taras que nos deja el capitalismo, con la misma gente, con todos nosotros con mentalidad capitalista, hace unos años pensando siempre cuánto íbamos a ganar, cómo íbamos a hacer para tener la casita, el yate o la comida en muchos casos, eso dependía de cómo estuviera cada uno, el médico, el ingeniero, todo era así. Con toda esa gente, con los obreros, con todas las taras que también se crean en la lucha económica por mantener un salario frente a las condiciones de vida que se van agravando, nosotros tenemos que construir el socialismo. Entonces no podemos partir de una situación ideal y decir, "ahora suprimi­mos el interés material", de ninguna manera.
Nosotros tenemos que reconocerlo, pero tenemos que reco­nocerlo como un mal y eso es uno de los puntos fundamentales en que nosotros divergimos de la concepción llamada "estí­mulo económico" del Cálculo Económico. Es decir, allá se habla de la palanca del interés material y nosotros aquí hablamos del interés moral como cosa básica y el interés material como mal reconocido. Por eso nosotros, al hacer las normas de tra­bajo, establecimos eso que hemos llamado en forma un poco ridícula "desestímulo material", pero que tiene un sentido, es decir, que el estímulo material nosotros lo reconocemos como negativo, entonces atacamos lo negativo, es decir, atacamos el que el hombre sea capaz de ganar un salario, estar frente a un trabajo, recibir ese salario y no cumplir con una tarea. Enton­ces aplicamos la norma desestimulándolo, no pagándole lo que no cumpla, y en cierta medida lo estimulamos. Pero para que llegue el estímulo a convertirse en un estímulo de capacita­ción, es necesaria esa etapa prevista de una capacitación para pasar a un nivel superior. Esa es la tarea en cuanto a la capa­citación individual de tipo mecánico, es decir, a la toma de, conciencia de tipo mecánico.
En cuanto a la toma de conciencia de tipo dinámico que nosotros debemos hacer, una de las fundamentales, es el tra­bajo voluntario. Los efectos económicos del trabajo voluntario no deben medirse por los efectos económicos de la cantidad de horas que trabajó de más el equipo del ministerio en tal o más cual lado, sino por la cantidad de horas extras, horas fuera de su trabajo para dedicarse a la producción, y que de esa forma se produzca aquello que una vez habíamos hablado, la "com­pulsión moral" y vaya más gente uniéndose a este tipo de emu­lación socialista (…)".[44]
La respuesta a un periodista sintetiza su idea de socialismo:
“El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación. Uno de los objetivos fundamentales del marxismo es hacer desaparecer el interés, el factor «interés individual» y provecho de las motivaciones sicológicas.
Marx se preocupaba tanto de los hechos económicos como de su traducción en la mente. Él llamaba eso un «hecho de conciencia». Si el comunismo descuida los hechos de conciencia puede ser un método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria[45]            

LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE ERNESTO GUEVARA

El marxismo soviético había reducido al ser humano a ser un actor de las condiciones objetivas, de su contexto histórico. La ruptura con esta visión mecanicista del marxismo tendrá en el Che uno de sus exponentes. En el pensamiento de Guevara el ser humano retoma su lugar como un sujeto histórico, transformador de la realidad donde vive.  En la década de los 60 la profundización de las contradicciones socio-económicas (crisis del modelo ISI , profundización de la dependencia) de América latina , la agudización y elevación de la lucha de clases permitió un desarrollo fructífero de la teoría en aquellos que se atrevieron a hacer preguntas sin responderlas de antemano con los manuales en boga.
El rescate del sujeto que realiza el Che tiene pertinencia tanto frente al neoliberalismo que niega al sujeto y a la utopía como a las construcciones teóricas que enfrentándose al neoliberalismo diluyen al sujeto emancipador y generan una utopía limitada.
Toda teoría es hija de su tiempo. Las actuales explicaciones son  reflejo contradictorio y complejo de la derrota implosiva del socialismo y de la crisis de la izquierda, del reflujo revolucionario de finales de los 80´ y comienzos de los 90´, de la aparición de nuevos movimientos sociales y de la preponderancia del imperialismo norteamericano. Esto explica porque muchos de estos intelectuales ven los fenómenos y no la esencia,  o por que elevan a categoría general procesos particulares. Una parte importante de los teóricos de los nuevos movimientos sociales asume que en el nuevo marco mundial el capital ya no se encuentra condicionado por las fronteras nacionales. Se ha producido una transnacionalización desnacionalizadora del capital[46]. Existe, por lo tanto, una clase dominante mundial, trasnacional. Su poder se expresa a través de organizaciones supranacionales que controlan el mundo[47] y que por su accionar conllevan a la extinción del Estado-nación [48].  Esto implica una nueva fase del capitalismo, ya no se trata del capitalismo monopolista de Estado sino del imperio[49]. Un imperio sin nación, sin frontera
Esto cambios trajeron aparejados la disgregación y disminución de la clase obrera, producto de la propia restructuración del capitalismo. Así la clase obrera ha perdido su rol central en la producción porque actualmente la mayor parte de la producción es inmaterial[50]. Al mismo tiempo que otros sectores sociales asumen este un rol , convirtiéndose en los nuevos sujetos del cambio social.[51] La clase obrera ya no es mas la clase revolucionaria por excelencia sino que es uno mas de los sectores marginados, excluidos. Es parte de la multitud. No es mas el sector de vanguardia por que la vanguardia no existe.
Frente a este razonamiento que se detienen en la forma que adquieren los procesos y no en su esencia es interesante ver como Guevara, en otro contexto histórico, intenta dar respuestas  a una realidad en donde la clase obrera fabril, si bien se encontraba concentrada, era porcentualmente minoritaria en comparación con el campesinado.
En primer lugar Guevara asume de hecho que la contradicción fundamental no es la que se da al interior de la sociedad entre la burguesía y el proletariado, debido a que la misma está subordinada a la contradicción mundial entre países explotadores y explotados. Esta división internacional del trabajo tiene como consecuencia que  la clase obrera de los países explotadores  mantienen  un nivel de vida a expensas de la situación de los explotados de los países dependientes, convirtiéndose así en una clase que no puede ser vanguardia[52]. Esta afirmación lo acercaba a lo que en ese momento planteaba el Partido Comunista Chino
La misma división internacional del trabajo genera a la interna de los países dependientes un desplazamiento del grado de explotación. La inserción en el mercado mundial de productos primarios y la aplicación del modelo ISI a la interna de los países genera que la clase revolucionaria en los países dependientes es el campesino[53] y no el proletariado que es integrado al modelo tanto como fuerza laboral como consumidor de los productos finales[54].
Por último avanza en una diferenciación entre la clase revolucionaria y  la teoría de clase de vanguardia. Esta distinción permite que el marxismo, como síntesis teórica de la clase de vanguardia se convierta en la guía de la clase que por su lugar en el sistema productivo es actualmente la más explotada.
Su centro es lo político/ideológico algo que han olvidado los teóricos de los nuevos movimientos sociales, que relegan o mejor dicho desechan la discusión sobre el poder y como tomarlo. El Che jamás niega el papel de la teoría política, ni de las construcciones marxistas pese a que critica las construcciones teórico/practicas que en su nombre se han hecho en el siglo XX. En tal sentido reafirma constantemente el papel de la organización partidaria como vanguardia en el proceso y no la diluye en el carácter autónomo y espontaneo de las masas.
Su actualidad está dada por su capacidad de pensar América sin por ello renegar de los avances del propio movimiento popular. El Che como pensador americano se nos muestra como un buscador constante de respuestas a las interrogantes que el accionar sobre la realidad le producía sin por ello atarse a  manuales o principios dogmaticos.
Permítame intentar unas conclusiones:
Nosotros, socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres.
El esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos.
Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio.
Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.
El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos.
Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica.
La personalidad juega el papel de movilización y dirección en cuanto que encarna las más altas virtudes y aspiraciones del pueblo y no se separa de la ruta.
Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos, el Partido.
La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera.[55]




[1] Tomemos como ejemplos los clásicos libros de Perry Anderson sobre el marxismo occidental en donde en función de su propia tesis central el  estudio de marxismo americano debería haber sido imprescindible y sin embargo no hay mención al mismo.
[2] Basta recordar como la postura de los delegados peruanos a la conferencia de partidos comunistas en 1928 cuestionaba las tesis de la tercera internacional. Ver José Carlos Mariategui, “Ideología y política”, Lima, Amauta, 1987
[3] Al decir de Mariategui “El socialismo no es, ciertamente, una doctri­na indo-americana. Pero ninguna doctrina, nin­gún sistema contemporáneo lo es ni puede ser­lo. Y el socialismo, aunque haya nacido en Euro­pa, como el capitalismo, no es tampoco específi­co ni particularmente europeo. Es un movimien­to mundial, al cual no se sustrae ninguno de los países que se mueven dentro de la órbita de la civilización occidental.(…) Hace cien años, debimos nuestra independencia como naciones al ritmo de la historia de Occidente, que desde la colonización nos impuso ineluctablemente su compás. Libertad, Democracia, Parlamento, So­beranía del Pueblo, todas las grandes palabras que pronunciaron nuestros hombres de enton­ces, procedían del repertorio europeo. La histo­ria, sin embargo, no mide la grandeza de esos hombres por la originalidad de estas ideas, sino por la eficacia y genio con que las sirvieron. Y los pueblos que más adelante marchan en el con­tinente son aquellos donde arraigaron mejor y más pronto. La interdependencia, la solidaridad de los pueblos y de los continentes, eran sin em­bargo, en aquel tiempo, mucho menores que en éste. El socialismo, en fin, está en la tradición americana. La más avanzada organización co­munista, primitiva, que registra la historia, es la incaica.
No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra pro­pia realidad, en nuestro propio, lenguaje, al so­cialismo indo-americano. He aquí una misión dig­na de una generación nueva.” En “Aniversario y balance”, en Obras completas “Ideología y política”, Lima, Amauta, 1986, pp.248-249
[4] Kohan, N.,  cita que “(…)Por ejemplo, Carlos Infante, hermano de Tita Infante, la gran amiga de juventud del Che, señala: “Ella era afiliada a la juventud comunista de la Facultad de Medicina de Bs.As., no así Ernesto, que era un joven muy independiente.
Acostumbraban a tomar una hora para intercambiar opiniones y yo intervenía, discutíamos apasionadamente. Ellos discutían sobre marxismo, sectarismo, acerca de la falta de flexibilidad y elasticidad de la juventud comunista argentina. Tita no era sectaria, estaba mucho más cerca del pensamiento de él...Tita le dio a leer a Aníbal Ponce...Hay tres libros de Aníbal Ponce que leyeron ambos: Educación y lucha de clases, Humanismo burgués, humanismo proletario y El viento en el mundo. Estoy seguro que leyeron Ambición y angustia de una adolescente, porque eran estudiosos y éste es un trabajo psiquiátrico muy interesante de Aníbal Ponce”. Cfr. En Adys Cupull y Froilán González: Cálida presencia. La amistad del Che y Tita Infante a través de sus cartas. Rosario, Ameghino, 1997.p.16.” “Che Guevara el sujeto y el poder”, versión electrónica www.rebelion.org, p.11 nota 11
[5] Esta preocupación por la filosofía la tiene desde su temprana juventud en donde va compilando definiciones para un diccionario filosófico, inédito al momento de escribir este trabajo. Su preocupación sobre el tema no lo abandona ni en el fragor de la batalla. En diciembre de 1965, desde Tanzania, le escribe una carta a Armando Hart: “Te felicito por la oportunidad que te han dado de ser Dios: tienes 6 días para ello. Antes de que acabes y te sientes a descansar como hizo tu predecesor, quiero exponerte algunas ideíllas sobre la cultura de nuestra vanguardia y de nuestro pueblo en general. En este largo período de vacaciones le metí la nariz a la filosofía, cosa que hace tiempo pensaba hacer. Me encontré con la primera dificultad: en Cuba no hay nada publicado, si excluimos los ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar; ya el partido lo hizo por ti y tú debes digerir. Como método, es lo más antimarxista, pero, además suelen ser muy malos, la segunda, y no menos importante, fue mi desconocimiento del lenguaje filosófico (he luchado duramente con el maestro Hegel y en el primer round me dio dos caídas). Por ello hice un plan de estudio para mí que, creo, puede ser estudiado y mejorado mucho para constituir la base de una verdadera escuela de pensamiento; ya hemos hecho mucho, pero algún día tendremos también que pensar. El plan mío es de lecturas, naturalmente, pero puede adaptarse a publicaciones serias de la editora política.
Si le das un vistazo a sus publicaciones podrás ver la profusión de autores soviéticos y franceses que tiene. Esto se debe a comodidad en la obtención de traducciones y a seguidismo ideológico. Así no se da cultura marxista al pueblo, a lo más, divulgación marxista, lo que es necesario, si la divulgación es buena (no es este el caso), pero insuficiente” En Armado Hart, “Marx, Engels y la condición humana. Una visión desde Cuba”, La Habana, Ciencias sociales,2005
[6] Yamandú Acosta sostiene la tesis de que el “(…) sujeto latinoamericano se constituye en el proceso mismo de la elaboración de su pensar filosófico. No es un sujeto constituido que objetiva su subjetividad en un discurso filosófico, sino que es un sujeto que se constituye en el sentido de alcanzar una mejor definición en el proceso de filosofar, como proceso de autoafirmación” y más adelante agrega siguiendo a Roig “la “filosofía americana” no es “americana” exclusivamente por la “naturaleza de sus objetos”, sino antes bien , por las respuestas que el sujeto da frente a esos objetos, o como dice Alberdi, “por la forma de las soluciones.” En “Sujeto y democratización en el contexto de la globalización”, Montevideo, Nordan, 2005, p. 14 notas 2 y 3
[7] GUEVARA, Ernesto, “Notas para el estudio de la ideología de la revolución cubana”, en “Obras completas”, Buenos Aires, Macla, 1997, p. 173
[8] Es bueno precisar que varios de los textos que utilizamos fueron publicados en forma íntegra recién  en el siglo XXI, aunque ya existían menciones o extractos en otros libros.
[9] En particular sus apreciaciones se dan en el marco de los análisis del periodo de transición del capitalismo al comunismo: “Si a esto se agrega el escolasticismo que ha frenado el desarrollo de la filosofía marxista e impedido el tratamiento sistemático del período, cuya economía política no se ha desarrollado, debemos convenir en que todavía estamos en pañales y es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales del mismo antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance”.  GUEVARA, Ernesto, “El socialismo y el hombre en Cuba” en  “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI,1988, p.11
[10] Un ejemplo claro de ello es el plan de estudios que envía a Hart en donde no excluye las lecturas de los autores “prohibidos” como es el ejemplo de Trostky o Luxemburg. En la carta a Armado Dávalos en donde expone su programa de estudio de filosóficos le dice “(…) y debía estar tu amigo Trotsky, que existió y escribió, según parece” En Armado Hart, “Marx, Engels y la condición humana. Una visión desde Cuba”, La Habana, Ciencias sociales, 2005,  p. XLVI
[11] “ Es hora de que el garrote conteste al garrote, y si hay que morir, que sea como Sandino y no como Azaña” carta de abril de 1954 en GUEVARA LYNCH,  Ernesto, “Aquí va un soldado de América”, Barcelona, Plaza James, 2000, p. 65
[12] Kohan ubica temporalmente esta búsqueda. “Guevara toma contacto con los textos clásicos de Marx, Engels y Lenin varios años antes de la proclamación socialista de la Revolución que hace Fidel Castro a inicios de los '60. Su formación filosófica, política y económica anterior a la Revolución Cubana incluye por lo menos la lectura de El Manifiesto Comunista y El Capital de Marx; el Anti-Dühring de Engels; El Estado y la revolución y El imperialismo, fase superior del capitalismo de Lenin.
Con los dos primeros tuvo contacto entre los 16 y los 17 años, cuando comienza a redactar un diccionario filosófico. Las notas para ese diccionario las escribe en diferentes épocas y las culmina en México. Los otros tres los analizó en sus años de estudios universitarios.” KOHAN, “Che Guevara el sujeto y el poder”, versión electrónica www.rebelion.org, pp. 7-8
[13] Situación que recordará años después frente a los futuros médicos cubanos para mostrar la diferencia entre el pequeñoburgués y el hombre nuevo.
[14] “El cuerpo pide a gritos un colchón pero la voluntad se opone y continúo la marcha”, GUEVARA, Ernesto, “América latina. Despertar de un continente”, La Habana, Ciencias sociales, p. 19.  Desde joven se esforzará en superar sus falencias físicas, por ejemplo, ingresando al equipo de rugby de Granado. Esto será una constante en la vida de Guevara: no dejar que su asma sea una limitante.
[15] En el diario hace referencia a este trabajador como un linyera lo que demuestra sus perjuicios de  clase.
[16] GUEVARA, Ernesto, “América latina. Despertar de un continente”, La Habana, Ciencias sociales, 2004, p. 29
[17] “Un gran aliciente para su inicial acercamiento al marxismo teórico se da en Guatemala en 1954, en la biblioteca de la que sería su mujer Hilda Gadea. Y posteriormente, exiliado de Guatemala tras el golpe contrarrevolucionario contra Arbenz, recibe de manos de su amigo Arnaldo Orfila Reynal -por esa época director de FCE Fondo de Cultura Económica y luego de Siglo XXI- los tres tomos de El Capital, en la traducción de Wenceslao Roces. Su padre también señala la importancia que tuvo en su inicial interés por el marxismo la amistad - nacida en 1954 en Guatemala y continuada luego de la toma del poder en Cuba en los años sesenta- con el profesor norteamericano Harold White, quien en 1928 había impartido clases de marxismo en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Utah y había escrito una obra sobre el mismo tema publicada en los EEUU.
Además, en uno de sus viajes continentales se aloja sugestivamente en la casa del comunista peruano Hugo Pesce, uno de los dos delegados mariateguianos a la conferencia comunista de Buenos Aires de 1929. Le dice entonces en una carta (mayo/1952) a su amiga Tita Infante: “Afortunadamente encontramos en Lima, junto con un maestro de la lepra un espíritu comprensivo como es el Dr. Hugo Pesce, que ha solucionado la mayoría de nuestros problemas más apremiantes. De paso le diré que las ideas de este señor se parecen mucho a las suyas [Tita era militante comunista en Buenos Aires] pero no es tan romántico como usted”. Es sumamente probable que en ese momento haya tomado contacto directo con la obra de José Carlos Mariátegui, padre intelectual de Pesce.” Kohan, N., “Che Guevara el sujeto y el poder”, versión electrónica www rebelión.org, p 9
[18] Ver carta a su madre hacia fines de 1954, en GUEVARA, Ernesto, “América Latina. Despertar de un continente”, La Habana, Ciencias sociales, 2004, p.125
[19] “(…) es el único grupo político de Guatemala que fue al gobierno a cumplir con un programa en el que los intereses personales no cuentan (tal vez haya un demagogo en su electo directivo) en franco contraste con los otros tres grupos de partidos que son verdaderas ollas de grillo, hasta el punto de haberse fraccionado cada uno de ellos en por lo menos dos alas antagónicas y llegar a la vergüenza de hacer pactos con la oposición para obtener la presidencia en el Congreso”. Carta a Tita Infante marzo de 1954 en GUEVARA, Ernesto, “América latina. Despertar de un continente”, La Habana, Ciencias sociales, 2004,  119
[20] “(…) y en la hecatombe que fue Guatemala después de la caída, donde cada uno atendía solo al sálvese quien pueda, los comunistas mantuvieron intacta su fe y su compañerismo y es el único grupo que siguió trabajando allí.
Creo que son dignos de respeto y que tarde o temprano entraré en el Partido, lo que me impide hacerlo más que todo, por ahora, es que tengo una ganas bárbaras de viajar por Europa y no podría hacer eso sometido a una disciplina rígida”. Carta a su madre noviembre de 1954 en GUEVARA, Ernesto, “América latina. Despertar de un continente”, La Habana, Ciencias sociales, 2004, pp. 123-124
[21] GUEVARA, Ernesto, “El socialismo y el hombre en Cuba” (1965) en  “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI,1988
[22] ídem
[23] El joven Guevara asiste a los desfiles por el día de la independencia en Bolivia en pleno proceso transformador, “Era una manifestación pintoresca pero no viril. El paso cansino y la falta de entusiasmo de todos que quitaba fuerza vital, faltaban los rostros enérgicos de los mineros, según decían los conocedores” GUEVARA, Ernesto, “América Latina. Despertar de un continente”, La Habana, Ciencias sociales, 2004, p.53
[24] Siguiendo claramente la tesis tercera sobre Feuerbach de Marx “La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la división de la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (así, por ej., en Roberto Owen). La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria”
[25]  “Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.
Creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado. Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas.
El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta, por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación” “El socialismo y el hombre en Cuba” (1965) en  GUEVARA, Ernesto, “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI, 1988.
[26] Las masas: “(…) este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además, por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas.” Guevara, Ernesto, “socialismo y el hombre nuevo en cuba”
[27] “El partido del futuro estará íntimamente unido a las masas y ab­sorberá de ellas las grandes ideas que después se plasmarán en direc­tivas concretas; un partido que aplicará rígidamente su disciplina de acuerdo con el centralismo democrático y, al mismo tiempo, donde existan, permanentes, la discusión, la crítica y la autocrítica abiertas, para mejorar el trabajo continuamente. Será en esta etapa un partido de cuadros, de los mejores, y éstos deberán cumplir su tarea dinámi­ca de estar en contacto con el pueblo, transmitir las experiencias hacia las esferas superiores, transmitir a las masas las directivas concretas y ponerse en marcha al frente de éstas. Primeros en el estudio, primeros en el trabajo, primeros en el entusiasmo revolucionario, primeros en el sacrificio; en todo momento más buenos, más puros, más humanos que todos los otros, deben ser los cuadros de nuestro partido.
Porque hay que recordar siempre que el marxista no es una má­quina automática y fanática dirigida, como un torpedo, mediante un servomecanismo hacia un objetivo determinado. De este problema se ocupa expresamente Fidel en una de sus intervenciones: “¿Quién ha dicho que el marxismo es la renuncia de los sentimientos humanos, al compañerismo, al amor al compañero, al respeto al compañero, a la consideración al compañero?, ¿Quién ha dicho que el marxismo es no tener alma, no tener sentimientos? Si precisamente fue el amor al hom­bre lo que engendró el marxismo, fue el amor al hombre, a la huma­nidad, el deseo de combatir la desdicha del proletariado, el deseo de combatir la miseria, la injusticia, el calvario y toda la explotación sufrida por el proletariado, lo que hace que de la mente de Carlos Marx surja el marxismo cuando precisamente podía surgir una posi­bilidad real y más que una posibilidad real, la necesidad histórica de la revolución social de la cual fue intérprete Carlos Marx. Pero, ¿qué lo hizo ser ese intérprete sino el caudal de sentimientos humanos de hombres como él, como Engels, como Lenin?”
Esta apreciación de Fidel es fundamental para el militante del nue­vo partido, recuérdenlo siempre, compañeros, grábenselo en la memo­ria como su arma más eficaz contra todas las desviaciones. El marxista debe ser el mejor, el más cabal, el más completo de los seres humanos”    GUEVARA, Ernesto, “ El partido marxista-leninista”(1963) en “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI,1988, p.51  
[28] “( …)¿ qué es un cuadro? Debemos decir que un cuadro es un individuo que ha alcanzado el suficiente desarrollo político como para poder interpretar las grandes directivas emanadas del poder central, hacerlas suyas y transmitirlas como orien­tación a la masa, percibiendo además las manifestaciones que ésta haga de sus deseos y sus motivaciones más intimas. Es un individuo de disciplina ideológica y administrativa, que conoce y practica el centra­lismo democrático y sabe valorar las contradicciones existentes en el método para aprovechar al máximo sus múltiples facetas; que sabe practicar en la producción el principio de la discusión colectiva y decisión y responsabilidad únicas; cuya fidelidad está probada y cuyo valor físico y moral se ha desarrollado al compás de su desarrollo ideológico, de tal manera que está dispuesto siempre a afrontar cual­quier debate y a responder hasta con su vida de la buena marcha de la revolución. Es, además, un individuo con capacidad de análisis pro­pio, lo que le permite tomar las decisiones necesarias y practicar la iniciativa creadora de modo que no choque con la disciplina. El cuadro, pues, es un creador, es un dirigente de alta estatura, un técnico de buen nivel político que puede, razonando dialécticamente, llevar adelante su sector de producción o desarrollar a la masa desde su puesto político de dirección (…)El desarrollo de un cuadro se logra en el quehacer diario; pero debe acometerse la tarea, además, de un modo sistemático en escuelas especiales, donde profesores competentes, ejemplos a la vez del alum­nado, favorezcan el más rápido ascenso ideológico. En un régimen que inicia la construcción del socialismo, no puede suponerse un cuadro que no tenga un alto desarrollo político, pero por desarrollo político no debe considerarse sólo el aprendizaje de la teoría marxista; debe también exigirse la responsabilidad del individuo por sus actos, la disciplina que coarte cualquier debilidad transitoria y que no esté reñida con una alta dosis de iniciativa, la preocupación cons­tante por todos los problemas de la revolución. Para desarrollarlo hay que empezar por establecer el principio selectivo en la masa, es allí donde hay que buscar las personalidades nacientes, probadas en el sacrificio o que empiezan ahora a mostrar sus inquietudes, y llevarlas a escuelas especiales, o, en su defecto, a cargos de mayor responsabili­dad que lo prueben en el trabajo práctico. ­Así hemos ido encontrando multitud de nuevos cuadros que se han desarrollado en estos años; pero su desarrollo no ha sido parejo, pues­to que los jóvenes compañeros se han visto frente a la realidad de la creación revolucionaria sin una adecuada orientación de partido. Al­gunos han triunfado plenamente, pero hay muchos que no pudieron hacerlo completamente quedaron a mitad del camino, o que, sim­plemente, se perdieron en el laberinto burocrático o en las tentaciones que da el poder “ GUEVARA, Ernesto, “El cuadro columna vertebral de la revolución” (1962) en  “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI,1988p.30-31
[29] Entre las primeras acciones que asume en el ministerio es organizar grupos de estudio de economía política.
[30] “(…) los manuscritos económi­cos de Marx, “son “de la época en que su producción fue bautizada como de Marx el joven, cuando, incluso en su lenguaje, el peso de las ideas filosóficas que contribuyeron a su formación se notaba mucho, y sus ideas sobre economía eran más imprecisas. No obstante, Marx estaba en la plenitud de su vida, ya había abrazado la causa de los humildes y la explicaba filosóficamente, aunque sin el rigor científico de El Capital. Pensaba más como filósofo, y, por tanto, se refería más concretamente al hombre como individuo humano y a los problemas de su liberación como ser social, sin entrar todavía en el análisis de la ineluctabilidad del resquebrajamiento de las estructuras sociales de la época, para dar paso al periodo de transición; la dictadura del proletariado. En El Capital, Marx se presenta como el economista científico que analiza minuciosamente el carácter transitorio de las épocas sociales y su identificación con las relaciones de producción; no da paso a las disquisiciones filosóficas.
El peso de este monumento de la inteligencia humana es tal que nos ha hecho olvidar frecuentemente el carácter humanista (en el mejor sentido de la palabra) de sus inquietudes. La mecánica de las relaciones de producción y su consecuencia; la lucha de clases, oculta en cierta medida el hecho objetivo de que son hombres los que se mueven en el ambiente histórico” citado por TABLADA, Carlos, “El pensamiento económico en Ernesto Che Guevara”, Caracas, Monte Ávila, 2006 p. LXXII-LXXIII
[31]  “Esos años febriles son los del trabajo voluntario y el debate económico, matizados por la investigación sistemática. Cuenta Miguel Figueras -director por ese entonces de Planificación Perspectiva del Ministerio de Industrias, a cargo del Che- que Guevara había armado dos grupos de estudio por semana. Los lunes a la noche se reunía a estudiar Matemáticas y uso de las estadísticas y los miércoles en el mismo horario, leía y estudiaba colectivamente El Capital. En esa época llega también a Cuba el profesor de economía política marxista Anastasio Mansilla. Lo que más impacta -e incomoda, vaya si incomoda- en él es que reúne a un tiempo el estudio y la elaboración sistemática de la teoría marxista y la práctica política en su más alto escalón.
Es en estos años cuando descubre los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 de Marx y posiblemente vuelve a leer la obra de Aníbal Ponce: Humanismo burgués, humanismo proletario, publicada en La Habana en 1962. (…). Si Mariátegui fue sin duda el antecesor ideológico y político del Che en su impulso antiimperialista y en su impugnación de los dogmas “materialistas” y “deterministas” que sólo avalaban y justificaban el reformismo, Ponce es su antecesor en la problemática del humanismo. Es indudable que Humanismo burgués, humanismo proletario, es una de las fuentes directas del rescate que el Che hace del “hombre nuevo”, del “hombre completo”, del “hombre total”. También es sumamente llamativo el paralelo entre la crítica de Guevara al burocratismo -por su culto a la rutina gris- y la prédica vitalista y juvenilista de El hombre mediocre de José Ingenieros, otra de las fuentes de “la hermandad de Ariel” tan presente en el ideario latinoamericanista de la Reforma.
(….)De la mano de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 y sin proponérselo, el Che se instala abruptamente entonces en la discusión mundial sobre la filosofía del marxismo y sobre la “cuestión de la alienación”, incentivada por las revelaciones del XX Congreso del PCUS y las acaloradas polémicas sobre los Manuscritos. No casualmente Jean Paul Sartre, uno de los principales protagonistas de ese debate que definió al marxismo como “el horizonte insuperable de nuestro tiempo”, caracterizó también al Che como “el hombre más completo de nuestra época”.
Guevara nunca escindió la filosofía y la economía de la política. En medio de esa encendida voluntad de pensar, estudiar y crear en el plano teórico, el Che seguía atentamente la marcha de la revolución latinoamericana. Recibía periódicamente y sin descanso a numerosos revolucionarios, incluidos los argentinos, con quienes discutía las distintas estrategias de lucha…” Kohan, N., “Che Guevara el sujeto y el poder”, versión electrónica www.rebelión.org, pp. 11-12
[32] Un ejemplo es el razonamiento de Fromm, en donde está presente que el hombre se realiza en el proceso de producción. En donde el objetivo de la sociedad socialista no es la sociedad de consumo sino ser capaz de vencer la pobreza. La obtención de los vienen materiales por sí solo no humanizan al ser humano. “El fin de la sociedad, para Marx, no es la produc­ción de cosas útiles como un fin en sí. Se olvida fácilmente, dice, "que la producción de demasiadas cosas útiles da como resultado demasiados hombres inútiles." Las contradicciones entre la prodigalidad y la economía, el lujo y la abstinencia, la riqueza y la pobreza, sólo son aparentes porque la verdad es que todas estas antinomias son equivalentes. Es par­ticularmente importante entender esta postura de Marx en la actualidad cuando los comunistas y la mayoría de los partidos socialistas, con algunas ex­cepciones notables como los de la India, los birmanos y algunos socialistas europeos y norteamericanos han aceptado el principio que constituye la base de todos los sistemas capitalistas, es decir, que la pro­ducción y el consumo máximos son los fines incues­tionables de la sociedad. No hay que confundir, por supuesto, el fin de superar la pobreza abismal que in­terfiere con una vida digna con el fin de un consumo siempre creciente, que se ha convertido en el valor supremo del capitalismo y del jruschovismo. La po­sición de Marx estaba claramente del lado de la conquista de la pobreza e, igualmente, contra el con­sumo como fin supremo. (…)
Para Marx, el fin del socialismo era la emancipa­ción del hombre y la emancipación del hombre era lo mismo que su autorrealización en el proceso de la relación y la unidad productiva con el hombre y la na­turaleza. El fin del socialismo era el desarrollo de la personalidad individual. “ FROMM, Erich, “”Marx y su concepto del hombre” , pp.48-49
La idea es generar un trabajo no enajenado, sino un trabajo consciente en función de un objetivo concreto. “ El tema central de Marx es la transformación del trabajo sin sentido, enajenado, en un trabajo produc­tivo, libre, no el mejor pago de un trabajo enajenado por un capitalismo privado o un capitalismo "abs­tracto" de Estado.” Ídem , p. 54
[33] “La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no sólo en la conciencia individual en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles.
La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia.” GUEVARA, Ernesto, “El socialismo y el hombre en Cuba”, “El socialismo y el hombre en Cuba” en  “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI,1988, p.6
[34] “Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etc.), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.
De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una  correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social” GUEVARA, Ernesto, “El socialismo y el hombre en Cuba” en “El socialismo y el hombre en Cuba” en  “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI,1988, p.7
[35] GUEVARA, Ernesto, “Apuntes críticos a la Economía política”, La Habana, Ciencias sociales, 2006, p.10
[36] GUEVARA, Ernesto, “Apuntes críticos a la Economía política”, La Habana, Ciencias sociales, 2006, p. 267
[37] Ernesto Guevara “El socialismo y el hombre en cuba”, en  “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI,1988, p.7
[38] GUEVARA, Ernesto “Sobre la construcción del Partido” (1963) en “El socialismo y el hombre nuevo”, p.37
[39]  TABLADA, Carlos, “El pensamiento económico en Ernesto Che Guevara”, Caracas, Monte Ávila, 2006pp LXXII-LXXIII
[40] GUEVARA, Ernesto “ El plan y el hombre” (1964) en “El socialismo y el hombre nuevo”, p.55
[41]  GUEVARA, Ernesto “Que debe ser un joven comunista” (1962) en “Obras completas”, Buenos Aires, Macla, 1997, p.103
[42] GUEVARA, Ernesto “Una actitud nueva frente al trabajo” (1964) en “Obras completas”, Buenos Aires, Macla, 1997, p.163
[43] “Hay una frase de Mao muy linda que dice algo así: "El hombre como ser alienado es esclavo de su propia producción", esclavo de un trabajo en el cual consume parte de su naturaleza, y sólo puede realizarse como persona cuando hace cosas que no son necesarias para su supervivencia física, es decir, cuando el trabajo se transforma en arte, o cuando realiza un trabajo voluntario y aporta a la sociedad algo suyo. Pero nosotros no hemos aún logrado encontrar la forma en la cual el hombre dé algo suyo. Hemos creado un aparato mediante el cual la sociedad succiona el trabajo voluntario. No sé si consigo ha­cerme entender con esta disquisición, pero lo siento como un problema preciso. Que el hombre se sienta impelido al trabajo voluntario por su propia resolución interna o bien por el ambiente que lo rodea son cosas distintas... El ambiente debe ayudar al hombre a sentir interiormente esta necesidad, pero si es sólo el ambiente, si se trata sólo de una presión moral que lo empuja, entonces también en el trabajo voluntario continuará su propia alienación; es decir, no realizará algo propio, algo nuevo hecho en libertad. Seguirá siendo esclavo del trabajo.” GUEVARA, Ernesto “ El plan y el hombre” (1964) en “El socialismo y el hombre nuevo”, p.67
[44] GUEVARA, Ernesto, “Apuntes críticos a la economía política”, La Habana, Ciencias sociales, 2006, pp. 270-272
[45] Citado por TABLADA, Carlos, “El pensamiento económico en Ernesto Che Guevara”, Caracas, Monte Ávila, 2006, p. 17
[46] "(…) la esencia de la metamorfosis histórica que se intenta captar con el término "globalización" puesto de moda tras la bancarrota de la URSS y el campo socialista europeo, se expresa adecuadamente con la idea de la transnacionalización desnacionalizadora del capitalismo monopolista de Estado. Se trata de una transnacionalización subordinante de la aplastante mayoría de las naciones y pueblos del mundo, no de una internacionalización en la que cada pueblo y nación integre su cultura material y espiritual al acervo común de la humanidad, en pie de igualdad con los restantes. El contenido real que se expresa, se encubre o se hiperboliza con el término globalización es la metamorfosis del capitalismo monopolista de Estado en capitalismo monopolista transnacional: un proceso de ruptura de las barreras nacionales --economías, fronteras geopolíticas, Estados, códigos jurídicos, culturas e identidades-- que obstaculizan el libre desarrollo de los monopolios transnacionales, en beneficio de una élite burguesa que ha logrado apropiarse de la mayor parte de las riquezas del mundo."Rafael Cervantes Martínez - Felipe Gil Chamizo Roberto Regalado Álvarez - Rubén Zardoya Loureda  "Historia universal y globalización capitalista" edición electrónica
[47] "Quienes administran el planeta son el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio... Estas estructuras tienen vocación para dirigir al mundo por encima de los Estados y además, al lado de esas estructuras existen fuerzas incontroladas que son los mercados financieros, cuyos flujos determinan en la realidad muchas cosas de la vida'' Entrevista a Ignacio Ramonet "El zapatismo fue la primera protesta en diez años contra la globalización "La Jornada edición electrónica
[48]  "Las tendencias que hoy suscitan la atención general bajo la rúbrica multiuso de "globalización" están transformando una constelación histórica caracterizada por el hecho de que Estado, sociedad y eco­nomía son, por así decirlo, coextensivas dentro de los mismos lími­tes nacionales. El sistema económico internacional  en el que los Estados trazan la frontera entre la economía interna y las relaciones comerciales exteriores, está metamorfoseándose en una economía transnacional a raíz de la globalización de los mercados. A este respecto resultan especialmente relevantes la aceleración a escala mundial de los flujos de capital y la evaluación imperativa de las condiciones económicas nacionales a cargo de mercados de capital globalmente interconectados. Esto explica por qué los Estados ya no constituyen los nodos fundadores de la red mundial de relaciones comerciales gracias a la estructura de relaciones interestatales o in­ternacionales. Hoy, se diría que son los Estados los que están in­sertos en los mercados y no las economías las que están insertas dentro de las fronteras estatales" HABERMAS, Jürgen,  "El Estado-nación europeo y las presiones de la globalización" en New Left Review Nº1(ed.en español)
[49] "El concepto de Imperio se caracteriza fundamentalmente por una falta de fronteras: el mando del Imperio no tiene límites. Primero y principal, entonces, el concepto de Imperio incluye a un régimen que, efectivamente, abarca a la totalidad espacial, o que, realmente, gobierna sobre todo el mundo “civilizado”. Ninguna frontera territorial limita su reinado. Segundo, el concepto de Imperio no se presenta a sí mismo como un régimen histórico originado en la conquista, sino como un orden que, efectivamente, suspende la historia, y así fija el estado existente para la eternidad. Desde la perspectiva del Imperio este es el modo en que serán siempre las cosas, y el modo en que siempre debió ser. El Imperio presenta su mando no como un momento transitorio en el movimiento de la historia, sino como un régimen sin límites temporales, y, en este sentido, fuera de la historia, o en el fin de la historia. Tercero, el mando del Imperio opera sobre todos los registros del orden social, extendiéndose hacia abajo, a las profundidades del mundo social. El Imperio no sólo maneja un territorio y una población, sino que también crea al mundo que habita. No sólo regula las interacciones humanas, sino que también busca, directamente, regir sobre la naturaleza humana. El objeto de su mando es la vida social en su totalidad, y por esto el Imperio presenta la forma paradigmática del biopoder. Finalmente, aunque la práctica del Imperio está continuamente bañada en sangre, el concepto de Imperio está siempre dedicado a la paz- una paz perpetua y universal, fuera de la historia." A.Negri-W.Hart, "Imperio" versión electrónica
[50]"Lo inmaterial es más importante que lo material. Por ejemplo, hoy el noventa y cinco por ciento de la actividad económica del mundo es inmaterial, y solo el cinco por ciento es material, esto es, produce objetos concretos con trabajadores concretos. Esta tendencia es exactamente a la inversa de la de 1960, cuando el noventa y cinco por ciento de la actividad económica era material industrial, con fabricas, trabajadores, transporte de productos, y la actividad financiera representaba sólo un cinco por ciento" Ramonet, I. en Mina Gianni, "Un mundo mejor es posible”, Buenos Aires, El diplo, 2003.. Un intento de explicación teórica de esta afirmación se encuentra en  M.Lazzarato- A.Negri "Trabajo inmaterial. Formas de vida y producción de subjetividad" edición electrónica
[51] "(…) Este sujeto emancipador está conformado por la comunidad de victimas del capitalismo neoliberal y de todos aquellos que son solidarios con ella. La clase obrera seguirá siendo un destacamento fundamental dentro de esta comunidad de víctimas, pero probablemente no constituirá su fuerza hegemónica. La comunidad de victimas es multicultural, pluriétnica, policlasista, de ambos géneros y global, y abarca a todos aquellos que coincidan en la necesidad de democratizar a fondo la economía, la política, la cultura y los sistemas de coerción física de la sociedad mundial" H.D.Sttefan "El socialismo en el siglo XXI" edición electrónica. También se puede ver  C.Korol "Piqueteros. Los desaparecidos sociales renacen en la protesta" Enfoques alternativos, Argentina, mayo 2002, R.Zibechi."Después de los saqueos ¿Pueden ser los excluidos sujetos?" Brecha, 20.12.02
[52] “Precisamente, el desarrollo de la explotación de los pueblos por parte del imperialismo ha provocado una dicotomía en la actitud de los obreros de los países imperialistas; organización y conciencia de clase explotada en lo interior, prescindencia del internacionalismo proletario en lo externo, con lo que se la anu­la, transitoriamente al menos, como vanguardia revolucionaría.” GUEVARA, Ernesto, “Apuntes críticos a la economía política”, La Habana, Ciencias sociales, 2006, p. 62.
[53] (…) No hay punto de contacto entre las masas proletarias de los países imperialistas y los dependientes; todo contribuye a separarlos y crear antagonismos entre ellos. También es falso que el proletariado (se distingue claramente el proletariado de estos países de la ideología del proletariado) sea el que cumpla el papel dirigente en la lucha de liberación, en la mayoría de los países semicoloniales. La escala es esta: los prole­tarios de los países imperialistas reciben las migajas de la explo­tación colonial y se vuelven cómplices de los monopolistas; los obreros de los países dependientes reciben un salario varias ve­ces menor, pero un salario al fin y tienen cierta estabilidad en sus puestos sobre los que pesa una gran oferta de trabajo de campe­sinos sin tierra y desclasados; los campesinos de estos países son despojados de sus tierras para crear la posesión latifundista y la oferta de trabajo; su economía natural desaparece y nada la reemplaza, son los auténticos miserables de este momento en la gran mayoría de los países. Son la fuerza revolucionaria.” GUEVARA, Ernesto, “Apuntes críticos a la economía política”, La Habana, Ciencias sociales, 2006, p. 83.
[54] Guevara tiene presente en su análisis al modelo populista. Debemos recordar que el populismo se enmarca dentro de un tipo de respuesta ante la crisis del modelo agroexportador  y del modelo oligárquico basado en ella.
La bancarrota del modelo se produce debido a la crisis de 1929. La debilidad numérica de la burguesía le impide realizar, en forma completa, la revolución burguesa, teniendo que aliarse con un sector de la oligarquía. Se forma así una alianza tácita en donde la burguesía en el poder no atentará contra la oligarquía agraria. En un mundo en donde los precios agrícolas han caído notoriamente, defenderá sus intereses productivos. Los precios serán controlados por el Estado que distri­buirá las ganancias del sector agropecuario en el sector secundario, a través de una política de cambios múltiples, para fomentar la indus­tria (que en la mayoría de los casos es sustitutiva).
La burguesía para asegurar su poder de presión, frente a los terratenien­tes, tratará de aglutinar dentro de su proyecto a la clase obrera. Clase a la cual pretenderá mantener bajo su control prohibiendo todo in­tento de autonomía de clase; para ello utilizará tanto la represión como la cooptación. La represión se manifestará en la persecución de los partidos obreros y todo dirigente sindical clasista. La coopta­ción se hará a través, por un lado, de la colocación de dirigentes «obreros» adeptos al sistema. Los sindicatos se transformarán en un trasmisor, a través del ministerio de trabajo, de los planteos populis­tas. Se trata de controlar las manifestaciones de  los sindicatos para que la clase obrera no llegue a cuestionar el sistema.
El campesinado será marginal dentro de la política populista debi­do a que su condición precaria y paupérrima será la base económica de la alianza dentro del bloque de poder. El bajo salario de los traba­jadores rurales permitirá mantener los precios de los productos que ingresan a las ciudades a un bajo costo. Este sistema permite a los obreros adquirir los productos necesarios para la reproducción de su fuerza de trabajo. El éxodo rural, que al mismo tiempo se producirá hacia las ciuda­des, en busca de poder salir de la miseria, forma parte del proceso de base social del populismo. Los campesinos en su absoluta mayoría son analfabetos que basan su vida en relaciones personales y paternales. Estos nuevos trabajadores sobrepasan numéricamente a la antigua clase obrera.
El líder populista buscará explotar esta situación generándose una imagen paternalista, comunicándose con la masa a través de un lenguaje en apariencia clasista. Los populismos se caracterizaron por ser  policlasistas, estar vinculados a los procesos industrializares y ser políticamente dependientes de una dirección militar y/o carismática. Surgieron y se desarrollaron al amparo de una coyuntura internacional favorable, en donde el Estado aparecerá como volcado a los “desarrapados”.

[55]El socialismo y el hombre en Cuba”(1965) en “El socialismo y el hombre nuevo”, México, Siglo XXI, 1988, p. 17


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