domingo, 14 de abril de 2013

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA




ESPAÑA A COMIENZOS DEL SIGLO XX


“Esa España inferior que ora y bosteza
Vieja y tahúr, zaragatera y triste;
Sea España inferior que ora y embiste
cuando se digna a usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas  apostólicas,
y otras calvas en otras claveras
brillarán, venerables y católicas”
 Antonio Machado “El mañana efímero”

España al comenzar el siglo era un país capitalista, dependiente de la producción agrícola y  con enormes rezagos en el desarrollo de sus fuerzas productivas. El 70 % de su población se dedicaba a la producción agropecuaria y la propiedad de la tierra estaba altamente concentrada. Las técnicas  de cultivo que se aplicaban eran antiguas, por lo que el rendimiento por hectárea era el más bajo de Europa. Más del 30 % de los cultivos estaban en barbecho y de la tierra cultivada el 80 % se dedicaba a los cereales.
Desde el punto de vista de la propiedad de la tierra se podía distinguir tres zonas[i]. 1. Andalucía, Castilla la nueva y Extremadura en donde predominaba el latifundio y existía un  proletariado agrícola que vivía en condiciones paupérrimas producto de un trabajo zafral y  el  bajo salario que percibían por el mismo. 2. Cataluña y Galicia eran zonas de minifundios.  En la  primera con enfrentamiento entre los propietarios, bien organizados, y los arrendatarios cuya estabilidad depende de la duración de las cepas.[ii] En la segunda la mayoría  de los propietarios vive en condiciones de subsistencia 3. Castilla y León era una zona en donde predominaba la gran propiedad, pero con mecanismos de explotación que la volvían eficaz. Los grandes propietarios lograban hegemonizar en torno a él a una masa de arrendatarios y propietarios pobres. Será en esta zona en donde existirá un sindicalismo cristiano con arraigo.
En España no se había resuelto el problema de la tierra, las desamortizaciones que se realizaron durante el siglo XIX afectaron esencialmente a la tierra comunal campesina. Esto provocó dentro del campesinado una gran desilusión del liberalismo y generó una situación  de gran explosividad, debido a que, la poca industrialización  que existía impedía a los campesinos encontrar abrigo en las ciudades como ejército de reserva.
A escala general de los 2.000.000 de habitantes el 0,5 % tenía casi el 50 % de la propiedad de la tierra. La oligarquía rural comprendía a sectores de la nobleza y de la gran burguesía rural. Existía una gran concertación de la tierra en manos de la nobleza (los 99 “grandes” tenían 577.359 has, un promedio de 5831has por cada uno[iii]).  La oligarquía rural española buscaba mantener su dominio como clase terrateniente. En función de ellos apoyará a la monarquía primero, a los partidos de la derecha durante la República y a la sublevación de los militares en el 36. Se nuclearon en torno a los partidos conservadores (admiradores del fascismo en ascenso), antirrepublicanos y católicos. Las diferencias del siglo XIX entre carlista y alfonsinos se olvidaron rápidamente cuando lo que estuvo en juego no fue el reparto del poder sino su propia existencia como clase.
El resto de las tierras se repartía entre un sector de propietarios medio capaces de vivir cómodamente y casi un 1.000.000 de pequeños propietarios en el límite de la pauperización. En forma zafral y migratoria existía un 1.000.000 de jornaleros.
La industria se había desarrollado en algunas zonas y su forma de producción no había alcanzado la magnitud de la gran industria. Las áreas estratégicas tienen una fuerte inversión extranjera al igual que las principales industrias[iv].  Esta situación producía que la burguesía industrial fuera débil desde el punto de vista de su peso especifico. La burguesía financiera que se había desarrollado en zonas importantes, en Vizcaya y Asturias,  rápidamente se vinculó con la oligarquía repartiendo utilidades de los bancos. Esto llevaba objetivamente a que esta clase fuera incapaz de llevar plenamente una transformación profunda de las relaciones económicas existentes y un sector de la misma que integraba el bloque de poder directamente no le interesaban. Existía seguramente el temor de que un cambio de régimen político despertara el reclamo social. Sobre la burguesía existía, sin dudas, el fantasma concreto de la revolución de octubre y de la propia combatividad de las masas populares (había en España miles de campesinos sin tierras y la clase obrera pese a su división había dado muestras de combatividad).
El rezago industrial que tenía España  no impedía que en las grandes ciudades[v] hubiera una importante concentración de trabajadores. Más dispersos orgánicamente, por la inexistencia de grandes fábricas, y más concentrados regionalmente (Asturias, Bilbao, Cataluña). Por ejemplo si en el conjunto español la población obrera era el 25 % del PEA en Cataluña era de un 45 %.
Las capas medias serán la base social de los partidos radicales. Será de la pequeña burguesía donde surjan sus principales dirigentes, pero carecerán de un programa de fondo. En parte por su propia situación de clase y en parte por el temor que le tenia a la masa. Su comportamiento en el proceso de agudización de la lucha de clases dependerá de la capacidad de  las fuerzas en conflicto de brindarle una perspectiva a su situación concreta.
Los intelectuales son un claro ejemplo de estas contradicciones: de los que apoyaran fervientemente a la República y a la revolución: Hernández, Machado, Alberti... y los que habiendo apoyando a la República, saludaran en los primeros días al levantamiento y comprendiendo la verdadera naturaleza de su hombre su solución al conflicto será la renuncia: Unamuno.
En García Lorca se nota claramente estas contradicciones. El poeta  no será un republicano convencido, más allá de sus amistades. Cuando el ejército de Franco avance huirá a Granada donde se sentía seguro. Incluso cuando la ciudad es invadida se refugia en la casa de una familia vinculada a la Falange, de donde es sacado para posteriormente ser asesinado. Su muerte será llorada por el mundo. Ejemplificaba lo atroz del fascismo sobre todo aquel que no pensara lo mismo. Al decir de Raymond Carr “García Lorca fue víctima de la venganza colectiva y de los oscuros temores de una burguesía que él había considerado lo peor de España “El fascismo español carecerá de los grandes representantes de la cultura española.
Los regionalismos
Una característica de España va ser la presencia de fuertes regionalismos con base histórica. La búsqueda de solución a los mismos va estar presente en la conformación de los bloques durante el proceso de la República y la posterior Guerra Civil.
El nacionalismo catalán tiene como fundamento la lengua, la historia, la tradición independentista y una original economía. “Una industria textil, cuya prosperidad depende de una mercado español  pobre y cuya estabilidad precaria, puesto que su protección aduanera está ligada a las decisiones de Madrid, en donde el proteccionismo tiene aliados( grandes cerealistas) pero también virulentos adversarios: comerciantes, políticos, ideólogos librecambistas, prensa dispuesta a conseguir popularidad tronando contra “el egoísmo” catalán, militares a quienes se encarga a la vez a combatir en Cataluña al carlismo “montañés” antiliberal, anticentralista, y al obrero barcelonés cuyas revueltas toman precozmente (1936) la forma: “viva la República catalana” o, incluso, “viva el Estado catalán””[vi]
En el nacionalismo catalán van a existir tres vertientes. 1. la de la burguesía que busca un Estado propio y que está representada en la Lliga. 2, La de los pequeños productores y los arrendatarios que reniegan de la Lliga y se asocian a Ezquerra. 3. La de la clase obrera que comienza a tener conciencia de su poder. Serán las dos últimas corrientes que al apoyar a la lucha republicana la harán popular en Cataluña.
Los vascos invocan una lengua, un pasado. La pertenencia a un grupo reducido y amenazado. “Históricamente, las comunidades rurales y montañesas y las pequeñas “repúblicas” urbanas vascas, construidas en “provincias”, sólo se han considerado ligadas a los reyes por lazos personales y recíprocos; fidelidad a cambio de respeto de las libertades y privilegios  tradicionales: los fueros”[vii]
Los vascos elegirán el campo republicano porque este garantizará su autonomía. Sin embargo en las zonas predominantemente agrarias como Navarra y Álava el discurso carlista atraerá a los jóvenes al otro lado.

El movimiento obrero
 “Mas otra España nace.
La España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea.
Con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.
Antonio Machado “El mañana efímero”

En esta España había surgido tempranamente un movimiento obrero combativo. A comienzos del siglo se encontraba dividido entre las principales fuerzas que buscaban hegemonizar al mismo: el anarquismo y el PSOE.
En España  la presencia del anarquismo era más fuerte que en el resto de Europa y siendo la principal fuerza en la clase obrera a través de la CNT. En el movimiento obrero-especialmente en Cataluña- su peso era innegable.  La CNT, con su estructura federal que concedía gran independencia a cada sindicato local y su preocupación obsesiva por el debate ideológico, no fue nunca una fuerza coherente  La forma en cómo debía organizarse la sociedad futura generó intensos debates. Que generaran  una división entre el grupo de los “treinta” ( Pestaña, Peiro, López) y la Federación Anarquista Ibérica  (Durrutti, Garcia Oliver, los Ascaso).
Los “treinta” pedían el retorno a una acción más propiamente sindical más apegada a las reivindicaciones inmediatas y con perspectivas de acción de largo plazo. La FAI era una organización secreta que rápidamente dominó  a la CNT. Tomaba como método revolucionario:  apoderarse de una ciudad o de una aldea, poner a los representantes del Estado en incapacidad de molestar, e invitar a la población a organizarse por si misma. Alentada por ella estallaron revueltas en  Llobregat en enero de 1932, en Casa Viejas en enero de 1933, en Aragón en diciembre de 1933.
El PSOE se creó a partir de un grupo excluido de la sección de la Internacional, por el sector de Bakunin,  en 1879. El pequeño grupo dominando intelectualmente por Pablo Iglesias que tuvo la influencia de Jules Guesde. Se convirtió en Partido Legal en 1881 y no contaba con más de un millar de adherentes. En 1888 dos dirigentes socialistas Mora y García Quejido fundaron la UGT. Centralizado, moderado y reformistas, el nuevo sindicato,  fue fundado con poco más de 3000 afiliados.  El PSOE y en particular la UGT se convirtieron en herramientas de masas al ganar las huelgas que encabezaron (mostrando un grado de organización que carecía los sindicatos anarquistas). En 1918 contaba con más de 200.000 adherentes.
La revolución de octubre generó una crisis a la interna de ambas organizaciones. Que si embargo no aceptaran las 21 condiciones unos  ni integrar la Federación Sindical Roja otros.. Tres corrientes se fusionaron en el PCE las juventudes socialistas con Andrade y Portela, después la minoría socialista con Pérez Solís, García Quejido, Anguiano, Almoneda y el grupo dirigente de la CNT que animaban Andrés Nin y Maurin. Durante la dictadura de Primo de Rivera el PCE fue duramente reprimido. Al comenzar la Republica era un partido pequeño y con escaso peso salvo en algunas zonas industriales como  el País Vasco y Asturias y en las zonas campesinas de Andalucía y Castilla. Solo a partir de 1932, tras su IV Congreso, empezó a liberarse del dogmatismo con una nueva dirección José Díaz, Dolores “La pasionaria” Ibarruri, Vicente Uribe, Antonio Mije. Y a partir de 1933 buscó la conformación de un frente antifascista.
Por último, producto de diferencias a la interna del PCE- enmarcadas en la discusión del movimiento comunista internacional-  surgirá el POUM, con incidencia especialmente en Cataluña. El POUM que fue creado por Andrés Nin y Joaquín Maurin. Catalogado de Trotskista por la vinculación de Maurin con Trotsky y  constituyó  un intento de “nacional comunismo” a escala catalana.

Sobre este volcán de contradicciones se desarrollara la Segunda Republica Española y se desatara la Guerra Civil.


LA SEGUNDA REPÚBLICA

El movimiento Republicano se venía reuniendo desde 1926. En el verano de 1930 los principales dirigentes de los distintos partidos Republicanos llegaban a un acuerdo: el pacto de San Sebastián. Se proponían formar un comité revolucionario con un programa de reformas democráticas y entre las cuales se encuentra el conceder la autonomía a Cataluña.
Durante 1930 se organizaron cientos de  mítines. En diciembre un pronunciamiento de oficiales Republicanos termina en el fracaso y en la ejecución de sus responsables. Sin embargo el cambio se venía generando y en las elecciones municipales de 1931 se dio un claro triunfo de  los Republicanos en las principales ciudades. El rey intento imponerse por la fuerza pero no contó con el respaldo del ejército, el Gral. Sanjurjo le dijo que la guardia civil no reprimiría. Frente a lo cual decidió huir, pero sin abdicar.
En el marco de las movilizaciones el comité asume como gobierno provisional y se proclama la República. Pese a las diferencias todos los grupos estaban de acuerdo en que las reformas no podían ser por decreto sino obra de un parlamento. Por lo que se esperó a la elección de las Cortes en junio. Entre agosto y diciembre, los constituyentes se interesaron por los temas que había dominado el siglo XIX: la Constitución, la escuela, la iglesia y el ejército.

La iglesia
La Iglesia católica en general se  oponía al liberalismo- y obviamente al marxismo- y a su separación de la Iglesia del Estado, en ese marco la Iglesia española se encontraba aún más a la derecha. Era conservadora y retrograda en el pensamiento de sus máximas autoridades. Un ejemplo es el monseñor Segura, arzobispo de Toledo, cuyos ingresos anuales se elevaban a 600.000 pesetas, que pensaba que el baño no era aconsejable por ser invento de paganos  En España se vivía contradictoriamente entre el fervor religioso en extensas zonas[viii] y el anticlericalismo militante, especialmente en los lugares en donde las desigualdades eran mayores. La quema de las iglesias no era una situación nueva dentro de la historia de España y de esto se aferrará el fascismo para armar su discurso contrario[ix]. No era causal el odio que una parte del pueblo sentía por los  símbolos religiosos[x].
La iglesia tenía un gran peso en el ámbito económico y social. Tenía unos 80.000 clérigos y se estimaba en 11.000 sus propiedades (valoradas en 130 millones de pesetas). Le pertenecían empresas como el Banco Urquiza, las minas de cobre del Rif, los ferrocarriles del norte, los tranvías de Madrid y las compañías trasmediterránea.
Como institución se ubicó siempre de lado de la clase dominante. En la elección de 1933 y 1936 apoya claramente a la derecha. El propio Pio IX, que demoró en reconocer a la República, buscaba una salida más política al enfrentamiento entre Estado e Iglesia. Sin embargo, cuando los sublevados creen su gobierno en Burgos no dudará, como lo hizo en 1931, en enviar un embajador. No hay que hacer tabla rasa de los sacerdotes. No fueron pocos los que se pusieron del lado de la República, quizás lo más conocido van a ser la posición de los curas vascos. Pero también cuando desde la Iglesia se va a tratar de justificar la sublevación a través de la “carta colectiva“  redactada por el cardenal Isidro Goma y Tomás, el Cardenal Vidal y Barraquer  y monseñor Mateo Múgica se negaron a suscribir y fueron expatriados.
Los sectores conservadores católicos buscaron tener una clara presencia política en particular por la discusión sobre el papel del la Iglesia en la constitución (en especial el art. 26). Es a partir de los jesuitas y su hombre de confianza Ángel Herrera director del “Debate”, que se creará un gran partido católico, que rechazará tanto las calificaciones de monárquicos como de Republicanos. La Acción Popular tendrá como jefe a José Maria Gil Robles[xi], el posterior líder del CEDA  (Confederación española de derechas autónomas)
Hay que recordar que la derecha se irá uniendo no sin dificultades.  Desde el punto de vista económico los unía los intereses agrarios, pero será la defensa de la tradición y la religión que lograran unirse y ser capaz de tener el apoyo de  masas.
En este marco aparecen los grupos fascistas. Pequeños en un inicio, sin presencia de masa y despreciados por los demás sectores de la derecha que los ve como fanáticos. Sin embargo, serán útiles para ir preparando el caos necesario para el discurso del orden que argumentarán los militares.

El aparato represivo del Estado.
El ejército estaba acostumbrado a tener una participación en la vida política española. Debemos tener presente que en 122 años hubo 52 intentonas de pronunciamientos[xii] donde solo 11 tuvieron éxito. Sin embargo, los militares tenían ahora en el siglo XX dos instrumentos duros en el  combate y obedientes a las órdenes: la Legión (el tercio) y las tropas “moras” ( los regulares).
Uno de los primeros temas que abordó la República fue la reforma del ejército. Las FFAA estaban mal organizadas a la interna (había un oficial cada 6 hombres y un general cada 100). En un intento de depurar el elemento monárquico del ejército Azaña ofreció el retiro con sueldo entero. Según Broué-Témine, esto en realidad depuró al ejército pero no en el sentido buscado, los oficiales Republicanos casados de la situación decidieron retirarse “la aplastante mayoría de los cuadros, la totalidad de los grandes jefes, eran decididamente monárquicos, partidarios de la oligarquía, adversarios de toda revolución, enemigos mortales de la revolución”[xiii]. No obstante en el cuadro general de la guerra civil la repartición de oficiales en ambos lados será equitativa, “(...)22 generales quedaron en servicio en zona Republicana, 17 solamente en la zona sublevada, pero 21 generales fueron ejecutados en la primera, ocho en la segunda, incluidos los juicios después de la guerra.”[xiv] Durante el periodo de la República los militares actuaran en más de una ocasión probando sus fuerzas. Con la conspiración de Sanjurjo en 1932  o reprimiendo la revolución de 1934 por encargo del gobierno.
Frente a esta situación Villar hace una precisión sobre cómo Republicanos y antirrepublicanos estaban ilusionados de sus fuerzas. El ejército había derrotado la “revolución  de Asturias”, fue traído desde Marruecos al mando de Franco. Dentro del movimiento popular se había visto fracasar el pronunciamiento de Sanjurjo. Existía una confianza entre los obreros que una huelga los pararía nuevamente. Estos primeros enfrentamientos hicieron que ambos aprendieran y se preparan para una nueva batalla.
El gobierno Republicano no se atrevió a disolver la guardia civil odiada por la población especialmente campesina. Habiendo sido creados para combatir a los bandidos del siglo XIX fueron posteriormente utilizados por los terratenientes para mantener a raya cualquier intento de rebelión por parte de los agricultores. Se creo en forma paralela una guardia de asalto de origen Republicano.
El bienio transformador
La elecciones serán ganadas por la izquierdas Republicanas y obreras (el PSOE se convierte en el partido con más diputados en las Cortes). Por lo que asumió el gobierno una coalición de radicales y socialistas (octubre 1931- setiembre 1933)  que intentó resolver un conjunto de problemas con cierta ambigüedad de objetivos.
La composición de clase del gobierno no le permitía apoyarse en las organizaciones obreras y campesinas para llevar adelante las reformas. Esto va a permitir el avance de la derecha en un primer instante, frente a lo que considera un avasallamiento de sus privilegios responderá a la vieja usanza: el  pronunciamiento. El 10 de agosto del 32 levantamiento de Sanjurjo fracasa al no encontrar repercusión[xv]. 
Las organizaciones obreras mostraran en este primer periodo toda su combatividad, pero también sus deficiencias a nivel organizativo y comprensión política. Oscilara entre el reformismo y el infantilismo.

Tierra para quien la trabaja

“Cada  nuevo día es
más raíz, menos criatura
que escucha bajos sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente”
Miguel Hernández
“El niño yuntero” (fragmento) 

En España no se había resuelto el problema de la tierra, las desamortizaciones que se realizaron durante el siglo XIX afectaron esencialmente a la tierra comunal campesina. Esto provocó dentro del campesinado una gran desilusión del liberalismo y generó una situación  de gran explosividad, debido a que, la poca industrialización  que existía impedía a los campesinos encontrar abrigo en las ciudades como ejército de reserva.
A escala general de los 2.000.000 de habitantes el 0,5 % tenía casi el 50 % de la propiedad de la tierra. El resto de las tierras se repartía entre un sector de propietarios medio capaces de vivir cómodamente y casi un 1.000.000 de pequeños propietarios en el límite de la pauperización. En forma zafral y migratoria existía un 1.000.000 de jornaleros. Desde el punto de vista de la propiedad de la tierra se podía distinguir tres zonas. Una, conformada por Andalucía, Castilla la nueva y Extremadura en donde predominaba el latifundio y existía un  proletariado agrícola que vivía en condiciones paupérrimas producto de un trabajo zafral y  el  bajo salario que percibían por el mismo. Otra, por Cataluña y Galicia que eran zonas de minifundios.  En la  primera con enfrentamientos entre los propietarios, bien organizados, y los arrendatarios cuya estabilidad depende de la duración de las cepas.[xvi] En la segunda la mayoría  de los propietarios vive en condiciones de subsistencia. Y la tercera, Castilla y León, una zona en donde predominaba la gran propiedad, pero con mecanismos de explotación que la volvían eficaz. Los grandes propietarios lograban hegemonizar en torno a él a una mása de arrendatarios y propietarios pobres. Será en esta zona en donde existirá un sindicalismo cristiano con arraigo.
Sin dudas, la cuestión agraria era un tema explosivo. Los campesinos, eternos excluidos, tenían una gran esperanza en  que con la República se iba a solucionar el tema de la tierra. La Ley de reforma agraria llevó meses de discusión, con una oposición feroz de la derecha. Incluso generó el alejamiento del Gobierno de los radicales de Lerroux[xvii] (lo que mostraba claramente los límites de clase que preanunciaba sus posterior actitud política).
Aprobada la Ley la Reforma agraria se aplicó con lentitud y no cumplió con las expectativas. En el proyecto se buscaba llevar a 60.000 campesinos por año y entre 1932-1934 solo había llegado a 12.260. Esto era producto de una ley compleja, con demasiado trámites. El Instituto de Reforma Agraria estaba mal organizado y era muy burocrático. Esto provocó que los campesinos no se sintieran representados y asumieron por mano propia el reparto de tierras.

La relaciones con el movimiento popular

La relación con el movimiento obrero mostró en forma clara las contradicciones de clases que cruzaba el gobierno. Por un lado, se votó una legislación obrera y se practicó una política de salario elevado. Largo Caballero en el ministerio de trabajo inicia un conjunto reformas que tiende a incluir al Estado dentro de las relaciones capital-trabajo. Se crearon  los “jurados mixtos” tribunales con la participación del Gobierno para la definición de los salarios.
Los salarios agrícolas experimentaron un alza  lo que no resultó del agrado de los propietarios que rápidamente protestaron frente a esta intromisión. Sin embargo, en el ministerio de finanzas se mantuvo a los representantes del capitalismo burgués: Carner.
Estos cambios a nivel laboral que eran positivos no podían paliar la situación de que los salarios eran bajísimos. Un sector de la clase obrera, influenciado por las tácticas anarquistas, siguió planteado una forma de movilización sin negociación. Las medidas que eran reflejo del nivel de conciencia y organización de los trabajadores fue respondida, desde el gobierno, con la represión lisa y llana. La clase obrera en general y los anarquistas en particular descubrieron que la República reprimía de igual manera que anteriores regímenes. Un República que votó una Ley de defensa para poder actuar contra las libertades individuales. Estos enfrentamientos generaron que la República naciera ya con una fractura con una parte del movimiento obrero. Al final del gobierno de Azaña existían unos 9.000 anarquistas presos.
Sin embargo, la reflexión sobre la táctica llevada adelante causa la separación dentro del anarquismo. La huelga en Barcelona y posteriormente Llobregat provocaron el enfrentamiento entre Pestaña y la FAI. Este consideraba que estas medidas eran empresas absurdas. Derrotado a la interna, la salida de Pestaña de la CNT conllevara al dominio completo de la FAI en 1932 y por lo tanto de la línea de la acción directa.
En enero estallo una rebelión en Cataluña que fue reprimida por el ejército y los dirigentes fueron deportados a Villas Cineros. La propaganda obrera se centro en contra de la Ley y a favor de los deportados. El drama mayor se vivió el 12 de enero 1933 “Casa viejas”. Frente al pucht anarquista hubo represión de los guardias de asalto con 21 víctimas (12 ejecutados en forma expresa). “En 1933, la masa agraria se desviaba de la República para unirse al movimiento obrero en las filas de la oposición” [xviii]
La izquierda no fue capaz de cumplir con las expectativas de las masas que optaron por abstenerse en la elección de 1933. La República las decepcionó. Hay que ubicar la derrota de 1933 como la consecuencia de la represión que se realizó en “Casas viejas”. Esta generó una ruptura entre el gobierno y las masas. La abstención anarquista en 1933 fue en este caso popular. “Así murió la República reformista y jacobina por haberse creído capaz de reformar España sin dar inmediata satisfacciones a las masas agraria, y de luchar abiertamente contra el sector obrero más fuerte” [xix]

El bienio negro

El bienio negro demostró claramente la reacción de las clases dominantes. En un contexto internacional en donde el fascismo va ganando espacios, Hitler asume el poder en 1933 y en Austria Dolfuss realiza la represión de las izquierdas
La CEDA es la principal fuerza en estas elecciones, pero el Presidente de la República no les permite formar gobierno, por lo que lo acaban formando los radicales de Lerroux (noviembre 1933- abril 1934)  con el imprescindible apoyo de la CEDA. La victoria de los conservadores truncó las esperanzas de muchos y reverdeció la agitación y las protestas al ver el rumbo de marcha atrás que tomaba su política. En este marco se produce la unificación de los Republicanos de izquierda. El gobierno Samper (mayo- octubre de 1934) es de transición. Con el segundo gobierno de Lerroux (noviembre 1933- abril 1934) asumen tres ministros del CEDA. Es el momento de mayor profundización de la reacción: nueva Ley de reforma agraria y  amnistía para Sanjurjo. Durante este periodo se gobernó bajo un estado de excepción permanente.
Características del bienio
Se aplaza la reforma agraria. Incluso una propuesta reformista, basada en principios socialcristianos,  de Jiménez Fernández fracasó. La oposición a cualquier reforma “progresista” era total es más la reforma que finalmente se aprueba indemniza a “grandes” que había sido expropiados.
Se reducen  sistemáticamente los salarios, en gran parte porque el nuevo ministro de trabajo designa a jueces que apoyan a los burgueses en contra de los reclamos obreros.
Se reintegró a los oficiales monárquicos que había realizado el pronunciamiento en 1932[xx]. En 1934 a iniciativa del propio Sanjurjo se creó la “Unión Militar Española” que se convirtió en el centro de la conspiración. De la misma formaba parte el Gral. Franco jefe del Estado mayor, el Gral. Fajul subsecretario de Estado, el Gral. Rodríguez del Barrio inspector general del Ejercito. Durante este gobierno Gil Robles estuvo al frente de la cartera de Guerra, bajo la cual se desenvolvió la conspiración militar. La derecha iba además preparando el terreno buscado los apoyos necesarios. El 31 de marzo de 1934 Antonio Goicochea por la Renovación Española, Antonio Lizarza por los carlistas y el Teniente Gral. Barrera firmaron en Roma un  pacto con Mussolini
La derecha reprimió duramente a las huelgas. La clase obrera frente al avance del fascismo declara la huelga general. Esta movilización provoca la revolución de 1934 y la proclamación desde Oviedo de la República Socialista Española. Durante 15 días los distritos mineros de Asturias estuvieron controlados por los comités de trabajadores. Bajo la consigna “Unios Hermanos Proletarios” se creó una solidaridad entre socialistas, anarcosindicalista y comunistas. El Gobierno reprime la sublevación de Asturias con dureza, trayendo desde África a la Legión al mando de Franco y, una vez finalizada, se produce una violenta y sangrienta represión.
El bienio negro termina como producto de la agudización y elevación de la lucha de clase. A lo que sumaba la debilidad del gobierno producto de su instabilidad crónica (hubo 7 gabinetes en un año y medio) y la falta de prestigio que tiene ante los escándalos de corrupción (que ubicaban a Lerroux utilizando su poder para beneficiar a su entorno).
La elevación de la lucha de clases lleva a un proceso de radicalización de las posturas que va ir demarcando claramente los dos proyectos de país. El PCE viene llamando desde 1933 a conformar un frente unido ante el avance del fascismo. Los radicales se unen en 1934, temen el triunfo de la derecha y empieza a buscar una alianza con los socialistas.  En el PSOE se produce a partir de  octubre de 1934 un  diferente balance de la revolución del 34. Para Prieto esta fracasa por la falta de preparación de los obreros para llevar adelante una revolución  y por lo tanto hay que unirse con los Republicanos para vencer a la derecha. Para Largo Caballero la derrota fue por la apatía de los Republicanos y la revolución sólo puede ser obra de las alianzas obreras. Desde el punto de vista estratégico-táctico  ambos estaban equivocados uno por reformista y el otro por sectario. La clase obrera no podía por si sola impulsar la revolución democrático burguesa. Largo Caballero irá radicalizando  su postura a partir de 1933 producto de su balance negativo de la participación de los socialistas en el gobierno de Azaña. Finalmente se definirá participar dentro del Frente Popular como una alianza electoral.
El 5 de enero de 1936 el Frente Popular acordó un programa mínimo: reforma agraria, de la educación de lo reglamento de corte de reglamento municipal, reorganización de las finanzas, protección de la pequeña industria y el desarrollo de las obras publica. En particular se comprometía a la amnistía para los obreros encarcelados de 1934 y el reintegro con indemnización de todos los trabajadores despedidos. Era un programa liberal burgués que excluía expresamente la nacionalización de tierras y  bancos, y el control obrero de la industria. Se trataba de generar un gran frente democrático para enfrentar al fascismo, buscado tener un programa mínimo capaz de nuclear en torno al mismo. Los anarquistas, tradicionalmente abstencionistas a pesar de no formar parte de la coalición, le dan su apoyo.

La victoria del Frente Popular

Con unos resultados muy ajustados, gana las elecciones el Frente Popular. Poco tiempo después, basándose estrictamente en una norma sobre la disolución de las Cortes, es destituido el Presidente de la República, Alcalá-Zamora; por otra parte, se destina fuera de Madrid a los generales que se consideran desafectos a la República.
La falange continúa actuando contra la República, tratando de generar un ambiente de caos para hacer necesario el orden. En el parlamento la derecha busca hacer aparecer al  gobierno como incapaz de poner el orden; en especial  frente a las huelgas y los desmanes de los  grupos de izquierda. Calvo Sotelo  hacia un apenas velado llamado a que el ejército tomara las armas.
La “Pasionaria” ubicará claramente el contenido de clase de la contienda “Si hay generalitos reaccionarios que, en un momento determinado, azuzados por elementos como Calvo Sotelo, pueden levantarse contra el gobierno, hay también soldados heroicos... que pueden meterlos en cintura (....) para evitar la “perturbaciones” que tanto molestan a Gil Robles y Calvo Sotelo, para terminar con el estado de desasosiego que existe en España, no basta con hacer responsable de los que pueda pasar a un Calvo Sotelo cualquiera, sino que hay que empezar por encarcelar a los patronos que se niegan a aceptar los bandos del gobierno. Hay que encarcelar a los terratenientes que lanzan a la miseria y al hambre a los campesinos; hay que encarcelar a los que, con cinismo sin igual, llenos de sangre de la represión de octubre de 1934, vienen aquí a exigir responsabilidades por lo que no se ha hecho. Y cuando se comience por hacer esta obra de justicia, señores ministros y señor Casares Quiroga, no habrá un gobierno que cuente con un apoyo más firme y más fuerte que el vuestro, porque las masas populares de España se levantaran para luchar contra todas esas fuerzas que, por decoro, no se debería tolerar que se sentasen ahí”[xxi]
Y el 12 de julio, José Castillo muere asesinado mientras pasea tranquilamente por la calle (por falangistas Castillo era conocido por su  posición izquierdista y por negarse a intervenir contra los rebeldes de la Revolución de Asturias, “Yo no tiro sobre el pueblo” fueron sus palabras, y este acto de rebeldía le costaría un año de cárcel. En la madrugada siguiente, en represalia, un grupo de guardias por cuenta propia matan a Calvo Sotelo.
Este crimen sirvió de excusa. El golpe de Estado estaba preparado por Mola (el Director) para mediados o finales de julio desde hacía tiempo, y contaba con el apoyo de la Falange y de los movimientos conservadores y católicos. El levantamiento acababa de comenzar.
Nadie ignoraba la preparación del pronunciamiento. Solo el presidente del consejo fingía indiferencia ante los periodistas: “¡Con que ustedes me aseguran que se van a levantar los militares!. Muy bien, señores. Que se levanten. Yo, en cambio, me voy a acostar” Ni la tentación-permanente-del golpe de estado, ni la debilidad del poder eran en España cosas nuevas. El peligro de guerra civil radicaba en la falta de reconocimiento de fuerzas sociales dotadas de capacidad inesperadas”[xxii]

LA GUERRA CIVIL

El Levantamiento Militar
“En toda España cielo despejado”
                                   Señal dada desde radio Ceuta para el levantamiento

El golpe de Estado fue cuidadosamente planeado, entre otros militares, por los generales Sanjurjo, Mola y Franco, con el que contaban desde el principio. El asesinato de Calvo Sotelo no fue sino un arma de propaganda en sus manos, el golpe estaba preparado para varios días antes..
Los últimos detalles de la sublevación se concretaron durante unas maniobras realizadas el 12 de julio en  Marruecos, estando previsto dar el golpe de Estado escalonadamente, el 18 en Marruecos y el 19 en el resto de España.
El 17 de julio por la mañana en Melilla, los tres coroneles que estaban al tanto del alzamiento militar  inician el proceso. Mola decide adelantar las fechas previstas, por lo que al día siguiente, 18 de julio, la sublevación se generaliza en casi toda España, y el 19 de julio ya es general.
El plan general era claro: un golpe militar y la declaración del Estado de guerra en las guarniciones donde los rebeldes tuvieran fuerza suficiente, donde el éxito fuera dudoso las tropas se encerrarían en los cuarteles hasta ser liberados. Como Madrid, sede del gobierno, era una de las ciudades más “dudosas” los rebeldes avanzaría sobre ella y la toma de la capital significaría el triunfo de la sublevación.
Los ofíciales sublevados conocían cual era su objetivo político. En una circular secreta de Mola “se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta, de modo que se reduzca lo antes posible a un enemigo fuerte y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados los dirigentes de los partidos políticos, sociedades o sindicatos desafectos al movimiento y se les aplicarán castigos ejemplares para estrangular los movimientos de rebeldía o huelga”[xxiii]. Tratando de generar la mayor confusión posible se mostraron como los defensores del orden, la legalidad y la patria.
En tal sentido Franco mostraba cierta ambigüedad sobre sus futuras acciones, por lo que difundía que  “(...) la pureza de nuestras intenciones nos impide yugular aquellas conquistas que representan un avance en el mejoramiento político-social y el espíritu de odio y venganza no tienen albergue en nuestro pecho, del forzoso naufragio que sufrirán algunos ensayos legislativos sabremos salvar cuantos sea compatible con la paz interior de España y su anhelada grandeza”. Los hechos de la Guerra Civil y de la dictadura franquista mostraran el carácter de estas palabras
Excepto casos aislados (por ejemplo Santander o Galicia), los militares triunfan en las zonas donde fueron más votadas las candidaturas de derechas en las elecciones de febrero de 1936, y fracasan donde la victoria electoral correspondió al Frente Popular, como en Madrid y Barcelona, donde la insurrección es aplastada sin miramientos.
El gobierno en mano de los radicales comete un conjunto de errores, que a la distancia son fatales para poder detener a tiempo la sublevación:
En primer lugar, hace caso omiso a las advertencias sobre los oficiales  que estaban preparando el golpe. Confiaban en la fidelidad de los mismos a la República. En vez de destituirlos de sus funciones sólo los reasignan a nuevos puestos, algunos de ellos a las bases del movimiento golpista (Mola es enviado a Navarra en donde es fuerte el carlismo). Recién en el alzamiento Casares Quiroga destituirá a los generales  Franco, Queipo de Llano, Canabellas, González Lara y Goded , pero ya será tarde.
En segundo termino, no acceden a armar a las organizaciones populares y a entrenarlas. Incluso al principio se darán ordenes estrictas de evitar armarlos. Donde los obreros organizados las obtienen o los gobiernos locales se la dan la oposición al golpe logra el objetivo de derrotar a los sublevados. Incluso por que obliga a algunos indecisos a ubicarse del lado republicano. Hubo en zonas en donde el pueblo enfrento casi inerme a los militares, por ejemplo en Galicia.
Finalmente, hasta ultimo momento intenta conciliar con los golpistas. El Gobierno Presidido por Martínez Barrio intentó ofrecerle una cartera al Gral. Mola.

¡No pasaran!
“El Partido Comunista os llama a la lucha. Os llama especialmente a vosotros, obreros, campesinos, intelectuales, a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares. ¡Viva el Frente Popular! ¡Viva la unión de todos los antifascistas! ¡Viva la República del pueblo! ¡Los fascistas no pasarán! ¡No pasarán!” Dolores Ibárruri.  19 de julio de 1936.
 Así, el 21 de julio los sublevados tomado el control de la Maruecos, las islas Canarias ( excepto La Palma), las islas Baleares (excepto Menorca) y la parte de la España peninsular situada al norte de la sierra de Guadarama y del río Ebro, excepto Asturias, Cantabria y el País Vasco en la costa norte, y la región de Cataluña en el nordeste. El 27 de julio de 1936 llegó a España el primer escuadrón de aviones italianos enviado por Mussolini.
Las fuerzas republicanas, por su parte, consiguen sofocar el alzamiento en la mayor parte de España, incluyendo todas las zonas industrializadas, gracias en parte a la participación de las milicias recién armadas de trabajadores, así como a la lealtad de la mayor parte de la Guardia de Asalto y, en el caso de Barcelona, de la Guardia Civil.
Por otra parte, caen en manos de los sublevados algunas de las ciudades andaluzas más grandes, incluyendo Sevilla. En esta ciudad el Gral. Quipo de Llano  encierra a los oficiales leales  a la República, se apodera de la radio desde donde asegura que los sublevados tienen el control de la ciudad y para demostrar que tiene más fuerzas de las  que realmente tiene, hace desfilar varias veces por el centro de la ciudad sus carros de ataque. Cuando los obreros reaccionan al engaño las tropas marroquíes ya habían llegado al aeropuerto. Lo que siguió fue la masacre: 9.000 obreros son  asesinados. A partir de allí se sublevan los militares de Cádiz, Granada y Córdoba.
En Oviedo el Cnel. Aranda dice ser republicano ante las masas e incluso diseña el envío de 3000 obreros para que vaya ayudar en la defensa de  Madrid. Cuando los elementos mas combativo de los trabajadores se han ido en Cnel. Aranda se apodera de la ciudad.
“El golpe de estado triunfó, en el sentido de que  privó a la República de casi todos sus cuadros militares, jamás  gobierno alguno resistió en el siglo XIX un caso semejante. Pero el golpe de estado fracasó en el sentido de que el ejército no reconstituyó los poderes sino sobre una parte restringida del territorio; en las otras partes fue desarmado por la población y el gobierno no se consideró vencido, a pesar de la destrucción del instrumento militar. Aquí es donde se producen los grandes cambios. Lo mismo que el parlamentarismo de 1932 no había podido gobernar sin las masas, el pronunciamiento no pudo imponerse contra ellas”[xxiv]

Los primeros meses
“de sol a sol trabajan en la nueva costumbre
de matar a la muerte, para ganar la vida”
                                   Rafael Alberti
Uno de los primeros reveses de los sublevados fue la carencia de transporte marino. Pese a tener contacto con los oficiales de la Armada  cuyos barcos eran necesarios para transportar a las tropas africanas al España. Al enterarse de los planes de los oficiales, los marineros se amotinaron tomando el control de los barcos para defender a la República.  El traspaso de las tropas se hizo con el apoyo italiano. Con el ejército en territorio español se inicia la campaña de Extremadura para tratar de unir las dos zonas en poder de los sublevados, lo que se consigue con la toma de Badajoz a mediados de agosto de 1936. La rapidez con que cayeron una tras otra las poblaciones en el avance por Extremadura y el Tajo puede atribuirse al avance del Ejército de África de Franco, las tropas mejor entrenadas y curtidas en combate, quizá las únicas verdaderamente profesionales en los primeros caóticos meses de guerra. Una vez unidas las dos fuerzas, se inicia el avance sobre Madrid, como intento de terminar la contienda lo antes posible. Franco confiaba en una victoria rápida.
En la zona republicana había que reorganizar el poder. Los obreros y campesinos al asumir la defensa de la República en diferentes partes habían organizados comités. Estos organismos de base popular carecían, salvo contados casos, de coordinación entre sí. Las masas asumían las tareas de concretar sus sueños: en algunas ciudades se producía el control obrero de las fabricas y en el campo se apropiaban de las tierras de la oligarquía. Además cada una de estas acciones se realizaba en función de la ideología que preponderara en la zona. Era la descentralización, y atomización,  del poder en el momento que se necesitaba más actuar como un solo puño. Como en todo proceso revolucionario la violencia de clases estalla, los siglos de opresión se liberan: se abren las cárceles, se realizan juicio sumarios a los fascistas y se queman Iglesias (el símbolo de la opresión).
Los republicamos tenían un conjunto de problemas relacionados con poder tener un ejército eficiente. Carecía de oficiales intermedios. Existía una clase obrera combativa y dispuesta a ser voluntaria en la defensa, pero no se podía hacer un  llamado general a la movilización por 1) se necesitaba trabajadores para mantener la industria funcionando. 2) no se tenia la capacidad de poder armar y entrenar rápidamente a todos los voluntarios 3) en el campo revolucionario existían distintas concepciones sobre como organizar al “pueblo en armas”
En un principio cada organización política armó sus propias milicias, siendo los anarquistas los menos predispuestos a aceptar una disciplina militar. Para hacer frente al ejercito profesional se necesitaban de una organización centralizada que la CNT no estaba dispuesta a aceptar: “milicianos si, soldados ¡nunca¡”.
“Los comunistas hicieron el mayor trabajo de organización: regimientos modelo, escuela de oficiales, apoyo otorgado a los asombrosos generales populares que España suscitó, una vez más, como un Lister. Los resultados se dejaron sentir un poco tarde, bajo el gobierno de Negrín en 1938, cuando las buenas tropas estaban desgastadas, la retaguardia mal alimentada y Cataluña, aislada, incapaz de proporcionar un material moderno contra el que, venido de fuera, cambiaba el aspecto de la guerra.” [xxv]  Otro historiador nada complaciente con los comunistas dirá: ”(...)el Ejército Popular fue un logro notable, obra de oficiales regulares que se mantuvieron fieles a la República y e los entusiastas del Partido Comunista”[xxvi]
Como se notará en estos dos primeros meses el problema fue como encausar la valentía y entusiasmo de las masas. El gabinete de Giral cae porque no representaba al conjunto de las fuerzas que peleaban por la República, se necesitaba un gobierno que fuera su síntesis. Se conforma así un gobierno presidido por Largo Caballero y que va a incluir a ministros de las distintas tendencias. En el proceso la dirección de la CNT, conciente de las dificultades de la guerra, conciencia ganada en el fragor de la lucha, asumía la responsabilidad histórica de integrar el gobierno. Federica Montseny dirá “que para no perder toda influencia en la dirección de la vida pública española”, pero de hecho asumiendo un protagonismo concreto en la conformación de una alternativa. Obviamente las masas  anarquistas que habían sido educadas durante años en el no compromiso con el gobierno y en la negación el Estado, no entendió este giro. 

Madrid
“Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
Y en medio de las batallas”
Miguel Hernández “vientos del pueblo me llevan”
Franco decide realizar un desvío en su ataque a Madrid que va a tener un carácter simbólico: Toledo. Desde el momento de la sublevación el Alcázar de Toledo estaba en posesión de los sublevados al mando de Moscardó. Este soportaba el asedio de los republicanos. La liberación de Toledo, el 28 de setiembre, pasó a formar parte de la mitología de los militares.  Franco utilizará la efervescencia de este momento para ir centralizando el poder. El 1 de octubre de 1936 fue nombrado Jefe del Estado y formó gobierno en Burgos.
En el norte, las tropas franquistas toman Irún y San Sebastián en septiembre, quedando el norte republicano rodeado por tierra por los fascistas. El 17 de Octubre se rompe el cerco de Oviedo
Cuatro columnas se dirigen a Madrid para tomarla y una “quinta columna”, al decir de Mola, funcionaba a la interna de la ciudad. La derrota de Madrid estaba asegurada: así lo creían los sublevadas y varios de los propios gobernantes republicanos.
Como forma de garantizar el funcionamiento del gobierno los ministros se trasladaron a Valencia. El oro del banco nacional  se transporta a Cartagena y se le encargo la protección de Madrid al Gral. Miaja. En la defensa de la capital se escribirá una de las paginas de gloria de la República y de la lucha del pueblo. Los fascistas se encontraran en cada rincón, en cada calle a los trabajadores defendiendo su ciudad. Será en Madrid donde las brigadas internacionales tendrán su bautismo de fuego. Madrid será ejemplo de defensa popular y solidaridad internacional.
En torno a la capital se producen diferentes ofensivas y batallas, tratando los fascistas de aislar Madrid y los republicanos de aliviar la presión sobre la capital. Los nombres de estas batallas se grabaran a fuego en la memoria de toda una generación: Jarama, Guadalajara, Brunete. Pese a toda la maquinaria de destrucción a su disposición los fascistas no pasaron. El “milagro” estuvo dado, en que “hubo unos días de instintiva unidad de acción, esforzándose cada representante de una formación sindical o política en  cumplir la función que  le había sido atribuida y haciéndose piña todos( y piña con sus jefes) para resolver los problemas importantes sin dramatizarlos.”[xxvii]
Lamentablemente para el conjunto del proceso Largo Caballero y su entorno veían los éxitos de la resistencia de Madrid como una especie de fracaso personales.  Estos sectores temían: a la organización revolucionaria, a la adhesión popular que tenia la defensa, a las capacidades mostradas en la lucha y  la presencia de la ayuda internacional (las brigadas internacionales, el material y los consejeros soviéticos).
Naturalmente los hombres y mujeres, las tendencias política que comprendían la necesidad de un mando unificado terminaron coligándose contra Caballero que fue sustituido por Negrin, sobre el que pronto cayó la acusación de estar dominado por los comunistas.
Dice Pierre Villar al respecto: “ sin embargo, la queja más común contra él es: “fue un instrumento de los comunistas”. ¿No convendría invertir la formula?. Para una política de guerra, tanto en el interior con en el exterior, frecuentemente sólo encontró como instrumento seguro y continuo las organizaciones comunistas. Sin embargo, hay que añadir; y todos aquellos entonces numerosos, que no rehuían sistemáticamente colaborar con ellas.”[xxviii]
“Pero ¿porque los comunistas eran mirados en el campo republicano con más encono a medida que la situación militar empeoraba?¿No eran los que siempre pedían unión y que no se cejara en la resistencia?¡No eran los que se mostraban más temple en la “moral de la derrota”?
“Había en ello un dinamismo que no poseía ningún otro partido de la España republicana. Con su disciplina su capacidad de organización y su empuje(...) representaban algo nuevo en la historia de España(...) Y con lo medios relativamente débiles que tuvieron a su disposición, consiguieron éxitos muy grandes Sacaron de la nada un ejército y un estado mayor que ganaron grandes batallas. Su propaganda fue muy hábil. Durante dos años, fueron el corazón y el espíritu de la resistencia franquista”(Brenan “El Laberinto español”)
“Sin los comunistas, sería probablemente muy pocas las posibilidades que tendríamos de continuar la guerra. Pero si ganáramos la guerra con los comunistas, España seria comunistas. No veo una solución a mi gusto, a menos que ocurran cosas que nos salven en el campo internacional. Conviene deslindar los campos. Cuanto más se refuerce el Frente Popular, la opinión extranjera nos será más contraria. Es evidente que, si reforzamos aquí el Frente popular, la opinión exterior pensará que avanzamos hacia el comunismo” Julián Besteiro Barcelona noviembre 1 de 1938”[xxix]

Gernika y el frente norte

“El árbol de Gernika es un árbol bendito,
muy amado entre los vascos.
Da y reparte tu fruto por el mundo.
Te adoramos, árbol santo”
José Maria de Iparraguirre
Necesitado de una victoria luego del revés de Madrid Franco dirige sus ojos al Norte republicano. En el frente de Aragón, la República inicia a finales de agosto una ofensiva en Belchite, para intentar aliviar la presión en el frente del norte. Casi al mismo tiempo, los sublevados rompen en el norte el llamado Cinturón de Hierro y ocupan Bilbao, Santander y finalmente, el 20 de octubre, Gijón, poniendo fin al frente norte.
La ciudad santa de los vascos es arrasada. En abril, la Legión Cóndor bombardea la ciudad. El resultado más de 1.000 muertos, el 70% de las casas destruidas y  20% dañadas. Se estima que se lanzaron unos 50.000 kg de bombas desde 43 aviones. Los cazas, en vuelo rasante, ametrallaron a los que huían del pueblo. En mayo la Legión Cóndor bombardea los bosques con bombas incendiarias, para obligar a retirarse a los Republicanos. Es bueno recordar que estos ataques contaran posteriormente en la foja de servicio de los aviadores alemanes. Franco tratará de negar esta realidad, diciendo que fueron “los rojos que incendiaron Durango fueron también los que destruyeron Gernika para lanzar la propaganda que tenia preparada”. La imagen del crimen perpetrado contra toda la población, que adelantara la guerra total que no va a distinguir a los civiles de los militares como objetivos para derrotar al enemigo, quedara reflejado en el cuadro pintado por Picasso. Cuando en 1942 oficial Alemán le pregunte si fue el que pintó ese cuadro, el pintor comunista responderá: “No. Han sido ustedes” 
El propio Goering en el juicio de Nuremberg fue claro al explicar los objetivos que tuvo esta destrucción “¿dicen, Ustedes Gernika?. Ah, si, ya me acuerdo. Fue una especie de banco de prueba de la Lufwaffe.(...) si fue lamentable. Pero no podíamos hacer otra cosa. En aquel tiempo, experiencias así no podía hacerse en otra parte”
En el sur, Los franquistas toman Málaga en febrero, estabilizándose el frente en la provincia de Almeria. Al finalizar el año, la República toma la iniciativa y comienza la batalla de Teruel siguiendo los planes del general Rojo.
En el Gobierno de la República, Negrín se hace además con el ministerio de la Defensa Nacional, sustituyendo a Prieto. Se propone a los insurrectos los 13 puntos como acuerdo de paz, para restablecer una democracia consensuada sobre principios alejados del conflicto bélico.
Las tropas de Franco toman Vinaroz en abril, partiendo en dos la zona republicana. La República contraataca en julio mediante la batalla del Ebro, que se convierte en una dura guerra de desgaste para ambos bandos y termina en noviembre con la retirada republicana. A partir de este momento, la ruta de acceso a Cataluña queda despejada.

El desenlace

 “Venceréis, pero no convenceréis”
                                   Unamuno
Se precipitan los acontecimientos, cayendo Barcelona en enero y Gerona en febrero. En fechas sucesivas, las tropas nacionales avanzan hacia la frontera francesa y toman los pasos desde Puigcerdá hasta Portbou (Gerona).
En las últimas Cortes Republicanas, las de Figueras, Negrín  plantea tres puntos para una negociación:
1.La independencia de España
2.La libre autodeterminación del pueblo con ayuda de un plebiscito
3. La excusión de todas las medias represivas después de terminada la contienda.
Ante la inminencia de la victoria los fascistas rechazan sus peticiones.
En Madrid, el Cnel Segismundo Casado da un golpe de Estado el 5 marzo, creándose el Consejo Nacional de Defensa. Los comunistas se levantan para defender el gobierno de Negrin, derrotados muchos son fusilados y otros encarcelados. Los vencedores envian una delegación a Burgos para negociar la paz y fue rechazada. Madrid caerá el 28 de marzo  debilitada por la traicionera acción de Casado. Este y sus colaboradores podrán huir en el crucero británico “Galatea”.
Y el Gobierno republicano pierde rápidamente las últimas capitales de provincia que mantenía: el 29 de marzo Cuenca, Albacete, Ciudad Real, Jaén y Almería ; el 30 de marzo Valencia y Alicante, y el 31 de Marzo.
“(...)¿prologar la guerra significaba una falta de claridad?. Sin duda el desenlace final parece dar la razón a los pesimistas. Pero Azaña mismo, pesimista desde el 18 de julio, recuperó a veces el ánimo ante las victorias pasajeras y no abdico de sus altas responsabilidades hasta el momento en que Inglaterra reconoció a Francia. Finalmente, ¿es exacto que Negrin (se le acusa de ello frecuentemente) “apostó” a la posibilidad de la guerra mundial?. No era absurdo preverla, y en un plano muy corto, se podía infravalorar (como harán polacos, franceses y rusos), las capacidades de ruptura de las nuevas tácticas. Lo que se podría haber previsto por el contrario, era que la “no-intervención” en España presagiaba Munich, y que Hitler esperaría el triunfo anunciado de Franco para entrar a Praga.”[xxx]
Al decir de La pasionaria “no luchar hubiera sido tan ignominioso, que ni el pueblo ni la historia nos hubiera perdonado”
Derrotada la República los vencedores persiguieron a sangre y fuego a los republicanos. Los encarcelaron y ejecutaron sistemáticamente. Mucho de los que se exiliaron en Francia tomaría nuevamente  las armas contra el fascismo. Terminada la Guerra Civil estalló a los pocos meses  la Segunda Guerra Mundial




[i] Seguimos aquí el razonamiento de Pierre Villar “La guerra civil Española”
[ii] Los rabassaire tenían contratos de arrendamiento que iban hasta el momento en que dos terceras partes de las cepas de uva murieran. Producto de una epidemia de filoxera en el siglo XIX las cepas francesas se había casi extinguido, la nueva en vez de durar unos 50 años duraban solo 25. La búsqueda de soluciones a esta situación llevara al enfrentamiento entre Companys y el gobierno de la derecha en 1934
[iii] Debemos tener presente que en España se consideraba  gran propiedad a las que se encontraban por encima de las 250 has. Los datos utilizados están tomados de tomados de Tamames, R., “La Republica. La era de Franco”
[iv] Capitales belgas en los ferrocarriles y en los tranvías; franceses en las minas, la industria textil, la industria química; canadienses en las centrales hidroeléctricas de Cataluña y el Levante; ingleses que controlaba toda la metalurgia del país vasco, los astilleros, las minas de cobre en río Tinto; norteamericanos sobre todo en los teléfonos y alemanes en las compañías de electricidad del Levante tratando de ingresar además en el negocio de la metalurgia. Datos tomados de BROUÉ,P.-TÉMINE,E. “La revolución y la guerra de España”,
[v] Barcelona y Madrid tenía 2 000.000 de habitantes Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga superaban los 100.000
[vi] Villar, P.,  “La guerra civil Española”, p. 23
[vii] Villar, P.,  “La guerra civil Española”, pp. 27-28
[viii] “Para comprender 1936 es preciso, pues, evocar una atmósfera. Todavía en plena República, al contratar una sirvienta, ésta hacia la pregunta: ¿dónde debo ir a misa?. Los niños que se cruzaban  en la calle con el cura del pueblo debían besarle la mano. El hábito separaba al sacerdote del resto de los hombres y todo racismo se funda en la  percepción de las diferencias(...) Finalmente, el hecho religioso tenía valor de símbolo. El marques de Valdeinglesias cuenta en sus memorias que al día siguiente de la frase de Azaña, “España ha dejado de ser católica”, aquellos amigos que no iban más a misa volvieron a la iglesia. Los aspectos “religiosos de la España de 1936 descansan sobre estas transferencias”Villar, P., “La guerra civil Española”, p 38
[ix] No es casualidad que uno de los elementos distintivos del fascismo español haya sido la incorporación de la religión. Los primeros grupos inmediatamente asumen símbolos católicos como parte de  la hispanidad. Toman su leguaje (la cruzada) y sus símbolos (las flechas cruzadas de los reyes católicos)
[x] Un ejemplo puede ser la quema de iglesias y conventos del 11 de mayo de 1931 que fue una explosión popular frente  a las posturas publicas de monseñor  Segura el día 7, en donde asume una posición antirrepublicana levantando el fantasma del comunismo, y de la reunión del Circulo Monárquico el día 10.
[xi] Gil Robles era hijo de un jurista católico, discípulo de los salesianos de Salamanca, periodista del Debate, casado con la hija de un conde rico. Su modelo era el Canciller austriaco Dollfuss y su Estado corporativista
[xii]  “¿Qué es, en el sentido clásico, un pronunciamiento?. Un grupo de conspiradores militares, que disponen de uno o varios puntos del país de fuerzas armadas y que cuentan con apoyos interiores y exteriores, sacan a las tropas de sus cuarteles, “se pronuncian” por medio de un manifiesto sobre la situación política, ocupan lugares de decisión y de comunicación y, si el movimiento se extiende suficientemente, requiere al gobierno para que se retire, lo remplazan y a veces cambian el régimen.”, VILLAR, P.,  “La guerra civil Española”, p. 39
[xiii] BROUÉ,P.-TÉMINE,E. “La revolución y la guerra de España”, p.35
[xiv] VILLAR, P.,  “La guerra civil Española”, p. 59
[xv] Los republicanos en vez de responder con la ejecución de los sublevados los condenaron a cadena perpetua (buscaban no generar un mártir de la derecha). 
[xvi] Los rabassaire tenían contratos de arrendamiento que iban hasta el momento en que dos terceras partes de las cepas de uva murieran. Producto de una epidemia de filoxera en el siglo XIX las cepas francesas se había casi extinguido, la nueva en vez de durar unos 50 años duraban solo 25. La búsqueda de soluciones a esta situación llevara al enfrentamiento entre Companys y el gobierno de la derecha en 1934
[xvii] No hay que olvidar que Lerroux trabajaba y era amigo de Juan March  que va a financiar a la Falange
[xviii] VILLAR, P., “Historia de España”, p.129
[xix] VILLAR, P., “Historia de España”, p.131
[xx] Esto provocó la separación de Martínez Barrio del Grupo de Lerroux
[xxi] citado por AMILIBIA de, M.,”La Guerra Civil Española” p, 22-25
[xxii] Villar, P., “La guerra civil Española”, p 48
[xxiii] citado por AMILIBIA de, M.,”La Guerra Civil Española” p.27
[xxiv] VILLAR, P., “Historia de España”, p.143
[xxv] VILLAR, P., “Historia de España”, p.147
[xxvi] CARR, R, “La tragedia española” p.158
[xxvii] VILLAR, P. , “La guerra civil Española”, p 107
[xxviii] VILLAR, P. , “La guerra civil Española”, p 110
[xxix]  AMILIBIA de, M.,”La Guerra Civil Española” p.141-143
[xxx] VILLAR, P. , “La guerra civil Española”, p 111

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